El presunto inductor del crimen de Llanes quiso tener localizada a su mujer con una pulsera

La Guardia Civil encontró en los móviles requisados las reiteradas búsquedas de Nieva para conseguir una pulsera localizadora, según informa El Comercio . Controlador y posesivo, quería tener a su mujer bajo vigilancia en todo momento, más aún tras conocer que le era infiel con el marido de su prima.

Seis meses antes del crimen, Nieva ya sospechaba de que le engañaba y durante una comida familiar, dejó su móvil escondido bajo una servilleta grabando para certificar sus dudas. Él se ausentó para que Katia y Javier hablaran a solas de su relación y así lo hicieron. El propio Nieva envió la grabación a la hija de Ardines y ella, tras el asesinato del concejal, se la entregó a la Guardia Civil.

Lo que no sabía Nieva entonces era que esa relación, como informó El Comercio, se había prolongado durante 30 años. Se quedó mudo cuando la jueza le preguntó si sabía que su mujer y Ardines habían comenzado la relación cuando ella tenía 17 años , antes de casarse. No quiso contestar a nada más.

Los letrados Jesús Urraza, Estefanía Rojo y Bárbara Royo, del despacho jurídico Urraza & Mendieta Asociados, con sede en Bilbao y en Madrid, se harán cargo de la defensa de Nieva, tras renunciar el penalista Javier Beramendi.

La muerte de Ardines por reiterados golpes en la cabeza ocurrió el 16 de agosto de 2018 en un camino en las inmediaciones de su domicilio en Belmonte de Prias, en Llanes.

Pedro Luis Nieva y los otros dos detenidos en Vizcaya ingresaron hace una semana en prisión provisional sin fianza . Por su parte, el argelino que está en Suiza sigue en prisión provisional por robo con fuerza a la espera de que se produzca su extradición para ser procesado por este caso.

De los tres detenidos en relación por el asesinato del concejal Javier Ardines, solo quiso declarar de forma amplia el ciudadano argelino, que reconoció su participación activa, tanto en la preparación, como en la ejecución de lo encargado. Por su parte, el intermediario se acogió a su derecho a no declarar, mientras que el presunto inductor hizo una intervención muy breve donde no reconoce ni el encargo ni su participación y no aceptó preguntas.