La pérdida de apoyos fuerza a Sánchez a limitar la nueva prórroga a quince días

Y es que las conversaciones iniciadas el lunes de la semana pasada por la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, con todos los grupos parlamentarios, pero especialmente con ERC, no dieron los frutos esperados. El Gobierno se encontró ayer con que tenía que remitir al Congreso su nueva petición de prórroga, pero las cuentas para aprobarla no salían. Desde la semana pasada, el Ejecutivo había jugado a reconducir el voto de los republicanos de vuelta a la abstención y hasta ayer por la mañana confiaba en que mutaran su «no» de hace quince días en el último momento.

Pero el tiempo se agotaba y las posiciones seguían alejadas. La Moncloa accedía a recuperar la mesa de diálogo con la Generalitat una vez termine la desescalada, pero ERC exigía buscar fecha ya. El Gobierno ofrecía devolver a las comunidades todas las competencias menos la de Sanidad, pero los republicanos reclamaban la recuperación total y el fin del mando único. Antes de ayer el PSOE ya les advirtió de que sería «absurdo» que unas regiones tuvieran poder para decicir una cosa y otras, otra.

Esa declaración se alejaba del entendimiento. Prueba de ello es que ERC lanzó anoche un comunicado en el que advirtió al PSOE de que no entrará en el «mercadeo»: «Ellos son quienes han elegido, Esquerra o la derecha. El Gobierno del PSOE y Podemos -advirtieron los independentistas- ha elegido socio, ha elegido apostar por Cs», lo que revela cuáles son las preferencias del Ejecutivo y su modelo, añadió la formación secesionista.

Ante el mantenimiento de este pulso, el Consejo de Ministros analizó ayer varios borradores del decreto de alarma, incluyendo la prórroga de un poco más de un mes a la que el presidente del Gobierno insistía en no renunciar, pero también la de 15 días. Sánchez quería presentar una prórroga de 35 días, que cubriese toda la desescalada , sin embargo, el margen de espera a ERC se agotó sin que los republicanos se ablandaran. El Gobierno se vio obligado a renunciar «in extremis» al decreto de un mes para cerrar con Cs una nueva prórroga de quince días , además de introducir la cogobernanza de las autonomías en la desescalada y devolver todas las competencias del mando único salvo la de Sanidad para buscar el apoyo del nacionalismo.

Sin embargo, ni el acuerdo con la formación naranja ni las novedades introducidas en el decreto garantizaban, al cierre de esta edición, la victoria de una votación en la que el PP, por primera vez, se unirá el bloque del «no». Las negociaciones con el PNV volvieron a extenderse contra reloj y el grupo vasco seguía sin confirmar su posición a última hora de la tarde . Sus votos son necesarios para esta quinta prórroga ya que el Ejecutivo necesita obtener mayoría simple -más síes que noes- y los votos en contra se elevarán hoy a, al menos, 152. Al cierre de esta edición, el Gobierno tenía asegurados 165 apoyos, pero otros treinta votos estaban pendientes de fijación.

Ya por la mañana, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, anticipó una negociación dura al advertir de que su aspiración es rebajar al máximo la potencia de la nueva prórroga y lograr que sea de «perfil bajo» o «low cost», durante una entrevista en Onda Vasca recogida por Ep. El líder vasco, con elecciones autonómicas a la vista, reclamó «una mayor apertura a las comunidades autónomas y a la devolución de sus atribuciones».

El secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario general de Ciudadanos Carlos Cuadrado fueron los responsables de la negociación. Fuentes de Cs celebraron ayer haber conseguido que el Ejecutivo renuncie a extender esta medida durante un mes y que se someta al control parlamentario. Además, Cs consiguió que el Gobierno amplíe de tres a cuatro meses el plazo para ingresar los impuestos aplazados por los contribuyentes sin intereses de demora y también que el Ejecutivo se comprometa a agilizar el pago de los ERTE a junio, como se señaló en un comunicado conjunto. Después, en una segunda nota enviada por Cs, el partido presumió de evitar que el Gobierno deba retomar ya la mesa de negociación con «ERC y los separatistas»; algo en lo que ahondó posteriormente Edmundo Bal, en rueda de prensa.

Al término del Consejo de Ministros, la portavoz María Jesús Montero volvió a reivindicar la alarma como «el instrumento más garantista» y lamentó que el Partido Popular se «autoexcluya» de la negociación . La portavoz explicó que aprobaron el decreto de dos semanas porque «se acomoda a los requerimientos del conjunto de formaciones políticas». Preguntada entonces por si el Gobierno considera que tiene la mayoría garantizada para la votación de hoy, Montero sostuvo que cuentan con los apoyos «necesarios», aunque también admitió que quería ser «cauta» porque «antes de votar un texto de este tipo hay que ser extraordinariamente prudentes». Aprovechó por tanto para hacer un «llamamiento» a todas las fuerzas para que lo apoyen.