¿A partir de cuántos muertos hay rebelión?

Lo ha hecho en un auto de la sala que revisa los recursos contra las decisiones del magistrado Pablo Llarena, en el que confirma la prisión preventiva para Jordi Sánchez (JxCAT) pero ante todo aprovecha para puntualizar lo decidido por el tribunal de Schleswig-Holstein y abrir la puerta a juzgar los hechos por el delito de sedición.

En su auto, los jueces españoles fijan el concepto del delito de rebelión y concretan que cuando ésta es dirigida por personas que ostentan el poder en una comunidad autónoma, se genera la suficiente presión sobre el Estado como para que no sea necesaria la concurrencia de la violencia que se considera imprescindible en otros casos de rebelión.

El Supremo destaca que si en vez de 6.000 agentes se hubieran destinado más, el 1-O habría acabado en una masacre. Se pregunta el tribunal si en ese supuesto sería factible que el resultado de la euroorden fuera distinto.

La Sala recuerda que la Fiscalía dejó abierta la puerta en su escrito de querella para que, en el supuesto de que no se constatara suficientemente el elemento de la violencia, se subsumiera la conducta de los investigados en el delito de sedición.

Al TS le llama la atención que el tribunal alemán empiece su auto preguntándose qué sucedería en Alemania si el presidente de un Land incurriera en una conducta como la de Cataluña. «A las pocas líneas» abandonan ese discurso.

«Si los hechos que se han venido cometiendo en España se hubieran perpetrado en un Land de Alemania con los mismos factores de evolución, tiempo y resultado, no parece muy factible que todo ello se salde con una sentencia simbólica.