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Pablo Iglesias, un líder inexistente en Cataluña

La estrategia de Podemos en la comunidad hace que Ada Colau canalice todo el liderazgo de la formación

Pablo Iglesias, durante un acto de Catalunya en Comú EFE

ALEXIS ROMERO

La crisis territorial en Cataluña y el desafío soberanista ha sacudido el mundo de la política de una forma y a un nivel tal que no se experimentaba desde hace años. Esto es así para las instituciones, el Gobierno, los parlamentos estatales y autonómicos y también para los partidos, todos los partidos, pero especialmente para Podemos.

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El contexto político es el mismo para todas las formaciones, pero sus decisiones y, sobre todo, su construcción y forma de hacer política han condicionado que la situación de Podemos sea muy particular. El partido de Pablo Iglesias en Cataluña es Podem, que, a pesar de tener una cierta autonomía en la toma de decisiones y de tener sus propios estatutos, está obligado a cumplir en última instancia las normas del partido a nivel estatal –buena prueba de ello es la intervención de la dirección de Podemos en su marca catalana para convocar una consulta revocatoria que ha acabado forzando la dimisión del secretario general autonómico , Albano-Dante Fachin –.

Sin embargo, la representación de Iglesias, y por lo tanto de Podemos, en la región no se identifica ni con Podem ni con Fachin; pero tampoco con el propio Iglesias. Es Ada Colau , alcaldesa de Barcelona y una de las fundadoras de Catalunya en Comú, la que parece canalizar el liderazgo de Podemos en Cataluña. De hecho, algunas fuentes internas de la formación han apuntado en alguna ocasión que se hace una suerte de seguidismo a los comunes y a la alcaldesa de cara a establecer una estrategia y un discurso en el ámbito estatal.

Una de las respuestas de cómo ha evolucionado esta relación entre Podemos y Catalunya en Comú se puede encontrar en la estrategia que siguieron los de Iglesias en las elecciones municipales de 2015. El marco político en aquel momento mostraba a Podemos como un partido fuerte que había canalizado el descontento de una situación económica y social de crisis y que podía hacer frente a formaciones como Izquierda Unida o, incluso, el PSOE a nivel estatal.

En las comunidades con una tradición histórica nacionalista ese descontento no había sido institucionalizado por Podemos en primera instancia, sino que cuando los populistas aterrizaron en regiones como Cataluña, Galicia o la Comunidad Valenciana se encontraron con partidos, u organizaciones políticas que terminaron por constituirse en partidos, que habían ocupado ese espacio político del descontento al que Iglesias aspiraba.

Autonómicas de 2015

La estrategia de Podemos en estos territorios no fue la de batallar por ese espacio, sino que para evitar derrotas electorales y división se decidió confluir y establecer alianzas con organizaciones como las mareas gallegas o con proyectos como el de Ganemos Madrid (embrión de Ahora Madrid, la coalición que impulsó a Manuela Carmena a la alcaldía de la ciudad). Iglesias optó por crear sus propias marcas en estas comunidades , pero con la intención de diluir sus siglas y actuar bajo la consigna y el liderazgo de otras formaciones, lo que le ha traído algunos problemas internos con sus propias marcas en lugares como Galicia o Cataluña.

Este seguidismo a Colau que apuntaban algunas fuentes de Podemos había pasado desapercibido, pero el salto del problema catalán al ámbito estatal parece haber trasladado este liderazgo de la alcaldesa de Barcelona a instituciones como el Congreso de los Diputados, solo que la figura que en este caso lidera la estrategia y el discurso de Podemos sobre Cataluña a nivel nacional es Xavier Doménech , diputado en la Cámara Baja y cabeza de lista de los comunes para las elecciones autonómicas del próximo 21 de diciembre.

El enfrentamiento que han mantenido Iglesias y el líder de Podem, Fachin, en los últimos meses, ha acrecentado el apoyo sin fisuras del secretario general de Podemos a Colau y Domènech, una situación que se escenificó en la Diada del pasado mes de septiembre, donde Iglesias rehusó acudir al acto de su marca catalana para participar en el de los comunes.

Podem parece haber desaparecido de la escena en Cataluña, devorado por una Catalunya en Comú a la que Iglesias está dejando toda la planificación de cara a los comicios autonómicos de diciembre, empezando por la selección de Domènech como candidato a presidente de la Generalitat. En Podemos esto ha causado algunas fisuras internas, como en el caso de Carolina Bescansa , que primero advirtió del riesgo electoral de no explicar un proyecto para España y que, tras ser purgada de uno de sus cargos en el Congreso, se desmarcó públicamente del discurso del partido respecto al desafío soberanista.

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