Moix dimite como fiscal jefe Anticorrupción, acorralado por su sociedad en Panamá

La posesión del 25 por ciento de una sociedad en Panamá , una participación que heredó de su padre junto a sus hermanos, ha sido la gota que ha colmado un vaso abarrotado de tensiones desde que llegó, hace 87 días, un periodo en el que ha sido reprobado por el Congreso.

Moix ha tomado esta decisión, irrevocable, tras reunirse esta mañana con el fiscal general del Estado, José Manuel Maza, que ha comunicado la marcha del jefe Anticorrupción por «motivos personales». A juicio de Maza, la gestión de Moix ha sido absolutamente diligente y no le ha «podido convencer de lo contrario».

«Yo he podido constatar que en su comportamiento no ha habido ninguna clase de ilegalidad ni de irregularidad», ni siquiera en lo que respecta a la sociedad que posee en Panamá, ha dicho: «no existen motivos a mi juicio para el cese del fiscal jefe Anticorrupción».

En lo que respecta al nuevo fiscal jefe Anticorrupción, ha anunciado que en los próximos días convocará la plaza y nombrará al que reuna más méritos.

La reunión con Maza, celebrada esta mañana, ha durado una media hora y comenzó a las 10,45 horas. Tras su dimisión, Manuel Moix vuelve al Tribunal Supremo, a cuya Fiscalía está adscrito, aunque se desconoce todavía a que Sala. Hasta que se nombre su relevo, la teniente fiscal Belén Suárez asume de forma provisional las funciones de la Jefatura. Suárez fue una de los seis candidatos que optó a la cúpula de la Fiscalía Anticorrupción cuando se impuso Moix, como Alejandro Luzón o Antonio Romeral .

Una información publicada por el medio digital «Infolibre» desveló que Moix sería propietario en el citado porcentaje de la empresa Duchesse Financial Overseas, constituida en 1988 y propietaria de un chalet valorado en más de medio millón de euros en el municipio madrileño de Collado Villalba. Moix explicó en algunos medios que se equivocó al no comunicárselo a Maza , y alegó que era un asunto de su padre.

La presión se hizo insostenible el miércoles por la tarde cuando el Gobierno le hizo el vacío y dejó de defenderle, como había hecho hasta ahora en otras polémicas, como su intento de apartar a los fiscales del caso Lezo. El ministro de Justicia, Rafael Catalá , se colocó por primera vez de perfil, interpretándose que le enseñaba la salida.

El propio Moix, tras defender que su comportamiento fue correcto y transparente y descartar la dimisión, admitió ayer que se equivocó al no informar de su situación al fiscal general y abrió la puerta a su salida . «No tengo ningún apego al cargo», declaró.