Margallo quiere que los ciudadanos elijan al presidente de la Comisión Europea

El «Club de Berlín» echó a andar el pasado 20 de marzo, en una cena a la que el titular alemán de Exteriores, Guido Westerwelle, invitó a un grupo de nueve colegas de distintos países, a los que considera convencidos europeístas, con el fin de abordar el futuro de Europa. A la cita acudieron los ministros de España, Polonia, Bélgica, Italia, Países Bajos, Portugal, Austria, Luxemburgo , así como un director general de Dinamarca, país que ocupa la presidencia semestral de la UE. El jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppe, excusó su presencia por la campaña electoral en su país.

En esa reunión, García-Margallo recibió el encargo de preparar el borrador de manifiesto, que llevará a la próxima reunión, que será el día 18 en Bruselas. Después habrá otra en Viena, en mayo y la última, podría tener lugar en Madrid en el mes de junio.

Las fuentes consultadas indican que la idea del ministro es conseguir una mayor agilidad en el procedimiento de toma de decisiones en la Unión Europea, porque lo considera algo lento. En su opinión, Europa está reaccionando con cierta lentitud, tanto en el plano económico, como en el diplomático y en el uso de la fuerza. Así ocurre, por ejemplo, con la reacción ante los secuestros de europeos, las evacuaciones; o las reacciones ante un golpe de Estado, como el reciente de Mali. El ministro estima que se suelen dar reacciones nacionales y no europeas, lo que refleja debilidades importantes por parte de la UE.

Una de las propuestas de García-Margallo a sus socios europeos será la de que el presidente de la Comisión Europea, sea elegido directamente por los ciudadanos mediante “sufragio universal” . Actualmente es elegido por el Parlamento Europeo, a propuesta de los jefes de Estado y de Gobierno, tras las consultas a los partidos de la Eurocámara, por lo que, aunque los ciudadanos eligen a los parlamentarios europeos, no tiene capacidad de decisión sobre quien será el presidente del Ejecutivo comunitario.

En la misma línea aboga por que el presidente de la Comisión tenga libertad para decidir quienes formarán su equipo de comisarios, algo que no sucede hoy día, porque son los países quienes presentan a las personas que desean formen parte de la Comisión.