Un informe eleva el número de asesinatos sin resolver de ETA a los 378

El número de asesinatos cometidos por ETA siempre es difuso, pero según los recuentos más recientes estaría alrededor de los 857. Al comparar ambas cifras se extrae que prácticamente la mitad, en concreto un 44 por ciento de los crímenes, no están esclarecidos de forma oficial.

Todos ellos tienen algo en común, como expone Daniel Portero, presidente de Dignidad y Justicia. En ningún caso las familias afectadas poseen una sentencia o cualquier otro documento oficial fruto de un juicio en el que se exponga quién fue la persona o individuos, si actuaron en grupo, que acabaron con la vida de su ser querido: «Estas personas no han tenido ni juicio ni sentencia ni autores materiales, ni inductores, ni jefes del atentado», lamenta el también diputado del PP en la Asamblea de Madrid e hijo del fiscal Luis Portero, asesinado en el 2000.

El dato entra en juego en un momento delicado, al menos para el Gobierno, que recientemente, y pese a las negativas repetidas por Pedro Sánchez, se ha apoyado en Bildu para intentar sacar adelante sus Presupuestos. La legalidad de la coalición radical no está en duda, pero sí hay sombras sobre el aspecto moral de que el PSOE decida pactar con un partido reticente a condenar un buen número de los atentados de ETA, la banda que, décadas atrás, asesinó a dirigentes y concejales socialistas.

En este marco también se suceden de manera prácticamente semanal los acercamientos de presos etarras a cárceles más próximas al País Vasco. Detrás de estos movimientos queda un rastro de sangre que se traduce en más de 90 años asesinatos perpetrados por los etarras beneficiados por la política de acercamientos impulsada por el Gobierno.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), en otro estudio similar presentado a finales del año 2018, situó en un 36% los asesinatos de la banda que todavía estaban sin resolver, cifrándolos en 307. La diferencia entre dicha investigación y la de Dignidad y Justicia radica, como remarca el propio Portero, en que su organización incluye también los asesinatos de los etarras que fueron amnistiados con la ley de 1977. «Una cosa es que haya amnistía y otra cosa es que las víctimas sepan quién fue el autor de los asesinatos», matiza el presidente

Igualmente, Dignidad y Justicia considera susceptibles de ser incluidos en esta trágica relación de asesinatos sin resolver algunos ejemplos, como puede ser el caso de Carrero Blanco, en los que los asesinos están perfectamente identificados en el ideario colectivo, pero en los que no existe tampoco una confirmación oficial que atribuya de manera formal la autoría del asesinato.

La lista realiza un completo recorrido por los años criminales de ETA y en ella figuran 378 asesinatos . Van desde Fermín Monasterio, a quien los terroristas mataron en el año 1969 en Arrigorriaga (Vizcaya), hasta el doble crimen de los guardias civiles Diego Salvá y Carlos Sáenz de Tejado, a quien mataron en Palmanova (Mallorca) en el año 2009.

En total se trata de cuatro décadas de terror que, al margen del dolor infligido a las víctimas en su momento, cuando todas perdieron a un padre o a una madre, a su mujer o esposo, a un hijo o a un amigo, no se traducen en el consuelo de reconocer, de forma oficial y con nombre y apellidos, la identidad del asesino.