Los «indignados» de Londres plantan a De Guindos, que les ofreció dialogar

El acto ha tenido lugar entre fuertes medidas de seguridad, habituales cuando ponentes "de riesgo" -en terminología empleada por un miembro de la organización- intervienen en la prestigiosa universidad londinense, y con fuertes controles de acceso que han obligado a varios asistentes a deshacerse, por ejemplo, de tapones de botellas o una bolsa de espárragos antes de acceder. Poco tiempo después de iniciarse el coloquio con el público , tras una intervención del ministro (en inglés) de unos 20 minutos, el titular de Economía ha sido interrumpido por algunos de los asistentes.

"¿Por qué el ajuste lo tenemos que pagar todos los españoles cuando la deuda la ha generado el sector privado?", ha preguntado, también en inglés, un joven español. "Mi abuela no puede pagar sus medicinas", ha explicado, a gritos, otra de las "indignadas". "En España la gente pasa hambre", ha exclamado otra persona. La moderadora del acto, miembro del claustro de la universidad, les ha reconocido su "derecho a la libertad de expresión" y no ha ordenado su expulsión, a pesar del creciente número de guardias de seguridad de la universidad que se han acercado al rincón donde se concentraban quienes han protestado. "En España no hay libertad de expresión", ha gritado uno de los asistentes.

La moderadora ha transmitido las inquietudes expresadas a gritos en forma de civilizada pregunta al conferenciante, no sin exigirles antes respeto hacia los demás asistentes, a lo que uno de los “indignados” ha contestado con un “fine” (está bien) antes de sentarse y guardar silencio.

Cuando el ministro ha recuperado la palabra, se ha mostrado dispuesto a “escucharles” en condiciones de respeto, un gesto que ha recibido un fuerte aplauso del público presente, compuesto en su mayoría por estudiantes de la LSE, con una fuerte presencia de españoles residentes en Londres. "Estoy abierto a tomar nota de vuestros pareceres y hablar con vosotros más tarde, soy una persona abierta", ha afirmado de Guindos, sin perder en ningún momento la compostura. Entre las escasas preguntas formuladas durante los momentos tranquilos de un tenso coloquio, figuraban la perspectiva que abren las elecciones en Cataluña o los recortes en inversión y desarrollo (I+D).

Poco tiempo después de la finalización del acto, la embajada española en Londres ha informado, a través de un comunicado, de que “el ministro ha esperado durante 20 minutos a estos asistentes que, sin embargo, no han comparecido para hablar con Luis de Guindos”. Laura, la española de 30 años que ha enarbolado la pancarta de “Spain for sale”·, asegura a ABC que “nadie ha venido a decirnos nada, y hemos estado un rato esperando en el hall”. La joven lleva siete años viviendo en Londres, donde trabaja como profesora, según explica.

Además, el ministro ha enviado a un miembro de su escolta a contactar con un grupo más numeroso de manifestantes, concentrado en el exterior de la sede académica, para invitarles a nombrar a dos representantes para “dialogar” con el ministro, según han explicado a ABC fuentes diplomáticas y algunos de los participantes en la protesta. “Nos han dicho que retiráramos las pancartas y que, si no montábamos follón, podían pasar dos a hablar en privado con él”, explica Javier . Ese diálogo no se ha producido, finalmente, porque los manifestantes se han negado a nombrar una representación. “O todos o ninguno” , ha respondido uno de los “indignados” londinenses. “Las pancartas no se quitan”, ha defendido otro.

Un grupo de españoles ha formado en Londres una "delegación" del "15M", que suele convocar protestas ante la embajada de España en Londres y otros lugares para llamar la atención sobre sus reivindicaciones. Para muchos de los asistentes al acto este jueves quedó, al final, una percepción de España vinculada a “hambre” y agitación, lejos del mensaje en positivo lanzado por el ministro de Economía.