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La independencia más triste del mundo

No había manifestaciones ni concentraciones organizadas ni mucho menos convocadas, ni cuenta bancaria prevista donde pagar el IRPF

Los diputados secesionistas, ayer en el Parlament INÉS BAUCELLS
Salvador Sostres

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Ayer se proclamó una independencia que ni los propios independentistas se esperaban: no había víveres en Palau, ni en el Parlament, ni plegatines por si tenían que quedarse a dormir para evitar algún tipo de eventual detención o «acción física» del Estado -que ... tanto seguían temiendo hasta la comparecencia de Rajoy- pese a haber proclamado solemnemente que ya no eran España.

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