Gallardón descarta «indultos» a los presos de ETA

El titular de Justicia y hombre fuerte del nuevo Ejecutivo central fijó este lunes en Vitoria las líneas rojas de la política penitenciaria que en ningún caso el PP está dispuesto a traspasar, por mucho que Batasuna se eche a la calle. No habrá medidas colectivas para los presos de ETA, ni mucho menos «indultos» generalizados, como reivindicaron los manifestantes el sábado. En todo caso, precisó Gallardón, se podrán acoger a los beneficios penitenciarios que la ley recoge aquellos que antes reconozcan el daño causado, pidan perdón y muestren ánimo de reparación a las víctimas.

Tampoco se prevén movimientos a corto plazo en la política penitenciaria mientras la banda no se disuelva y haga efectivo el desarme de «sus estructuras», según ha transmitido Gallardón, quien ha subrayado que el Ejecutivo «no va a bajar la guardia». Al contrario, lo único que espera el Gobierno de Mariano Rajoy, ha subrayado, es que ETA desmantele sus «estructuras» y se disuelva definitivamente.

«Es importante que recordemos siempre el principio de legalidad que establece claramente la prohibición de indultos generalizados y que establece siempre el carácter individualizada de cada medida», ha destacado el ministro. Cualquier medida que el Gobierno adopte en un futuro respecto a los presos de ETA «se basará siempre en la legalidad» y, en consecuencia, ha dicho, «exigirán siempre la petición de perdón y ánimo de reparación de las víctimas ». El colectivo de damnificados, ha recalcado, «está y estará siempre en el núcleo de la política del Gobierno».

El titular de Justicia ha asistido este mediodía a la toma de posesión como nuevo delegado del Gobierno en el País Vasco del parlamentario popular Carlos Urquijo , de quien ha destacado su «entereza y constancia» en el combate contra los intolerantes y su «cercanía y sensibilidad social» hacia las víctimas.

Se trata de la primera visita de un ministro de Rajoy a Euskadi, a la espera de que el responsable de Interior, Jorge Fernández Díaz, haga lo propio el próximo día 24, cuando ya está prevista una reunión con el lendakari y el consejero vasco de seguridad, Rodolfo Ares. En febrero se espera que López y Urkullu acudan por separado a La Moncloa.

Gallardón ha reivindicado el «arraigo» y prestigio de las instituciones democráticas, que simbolizan la «estabilidad» de la arquitectura constitucional, también en el País Vasco. «Todos somos Estado», ha abundado el ministro, que no ha querido hacer declaraciones a los periodistas pero que a la salida ha valorado con los dirigentes del PP allí presentes que «se ha dicho lo que tenía que decirse».

En su primer discurso como máximo representante del Gobierno de la nación en el País Vasco, Urquijo ha agradecido la «confianza» depositada en él para un cargo en el que ya estuvo en los últimos tres meses de la etapa de José María Aznar. Urquijo ha remarcado su voluntad de trabajar para «prestigiar el Gobierno de la Nación» de modo que «los vascos sientan la proximidad del Gobierno de España». Aunque ha reconocido el nuevo «tiempo de esperanza» que se vive en Euskadi tras el «cese definitivo» decretado por ETA, ha manifestado su intención de «no bajar la guardia» para consolidar la libertad.

Al acto han acudido representantes políticos y del mundo empresarial, así como de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y de la Ertzaintza. Urquijo, «azote» de Interior en el Parlamento Vasco, ha protagonizado a su llegada una anécdota al abrazar efusivamente al consejero vasco de Interior, Rodolfo Ares. «¡Hombre, mi consejero favorito!», le ha saludado. «¡Lo que te va a echar de menos!», ha bromeado un alto dirigente del PP vasco.

El ministro Gallardón ha llegado en coche acompañado por el portavoz del PP en el Congreso, el alavés Alfonso Alonso. «Un fuerte proceso gripal» ha impedido al presidente de los populares vascos, Antonio Basagoiti , asistir al acto, según ha dicho el propio Urquijo.