Esta es la actitud que se debe adoptar ante un atentado

Lo primero que hay que hacer es validar las emociones . Hay que ser conscientes de que los nervios que surgen en ese momento son completamente normales. Así lo explica Vicente Prieto , miembro de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, que ha participado estos días en el curso «Cómo mejorar el estado de ánimo y la calidad de vida», organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo . «En una situación así, hay que asimilar que lo que nos está pasando, el estar nerviosos, es muy normal, lo que no es normal es lo que está pasando, el atentado», señala.

El siguiente paso es el de tener la capacidad suficiente para controlar la respiración abdominal , y una vez se consiga, hay que empezar a pensar cuál es el objetivo de cada uno, si salir del lugar, facilitar ayuda... etc. Después, es necesario tratar de controlar los pensamientos . «Hay muchos pensamientos que son especialmente negativos, si controlamos los pensamientos, estamos controlando también parte de la afectación emocional», indica Prieto.

Sin embargo, este experto insiste en la necesidad de que cada persona no actúe por su cuenta, sino que se ponga en manos de los profesionales que acuden al lugar para ofrecer sus servicios, puesto que son ellos los que están mejor preparados para enfrentarse a una situación de este tipo. «Pero aunque sean profesionales, no pensemos que ellos no tienen una afectación, porque antes de profesionales son personas», asegura Prieto. Aun así, han recibido las pautas y la formación necesarias para ponerse al frente de las tareas de ayuda.

Es importante este paso de dirigirse a las personas autorizadas para las labores de ayuda antes que a cualquier otra persona que lo haya presenciado, pues el miedo puede transmitirse de unos a otros. «El pánico se va contagiando y se aumenta esa situación de desesperanza y de desesperación», asegura Prieto. Además, hay que tener en cuenta que no todas las personas responden de la misma manera ante situaciones de este tipo, de manera que esa transmisión del pánico puede ser muy peligrosa. «Ahora mismo estamos asistiendo a algo muy complicado, una hipersensibilidad. Por ejemplo, lo que ocurrió el otro día en Platja d’Aro , es decir, una dinámica, sin ningún tipo de motivación para provocar terror en la población general, desencadena el pánico, porque las personas identifican lo que es ruido, multitud, correr, con lo que han visto en televisión. Y claro, eso provoca una situación de alarma del público en general, de la población en general, y basta con que haya un estímulo para que provoque esa respuesta desmedida», afirma en relación al suceso ocurrido en la localidad de Gerona el pasado martes.