Elena Beloki, la antigua dirigente de ETA que se encargaba de las relaciones internacionales

Condenada a trece años de cárcel, Beloki salió de la prisión de Villena, en Alicante, el pasado 5 de agosto , hace solo 12 días. La etarra ha cumplido ocho años y medio por esta condena. En 2008, la terrorista disfrutó de un periodo en libertad provisional para someterse a un tratamiento de fertilidad para ser madre . Los jueces, en una decisión polémica que indignó a las víctimas del terrorismo, consideraron que la etarra debía estar en libertada para que el tratamiento diera sus frutos, como aconsejó un informe médico.

La Fiscalía de la Audiencia Nacional defendió en aquel momento que Beloki podía seguir sometiéndose a dicho tratamiento en prisión. Meses después, la etarra reingresó en la prisión de Villena, en Alicante, tras haber pasado un tiempo en la de Nanclares de Oca .

Novia del también etarra Juan María Olano, a Beloki también se la ha vinculado senntimentalmente al sanguinario etarra José Antonio Bengoechea, alias «Josu Ternera» , considerado el número uno de la banda durante mucho tiempo y aún fugado. Su carrera terrorista acumula además una orden de busca y captura a finales de los noventa y varias reuniones con la cúpula de ETA como miembro de XAKI. En 1995, por ejemplo, Beloki formó parte de una reunión en una casa de campo en los alrededores de Lauchon, en Francia, en la que también se sentó a la mesa el histórico dirigente Mikel Antza .

En aquel juicio contra todas las organizaciones subordinadas a la banda terrorista ETA, conocido como sumario 18/98, la Audiencia Nacional condenó a 47 miembros de la izquierda abertzale por colaboración o pertenencia a la organización etarra, del total de 52 procesados. El tribunal alcanzó la conclusión de que organizaciones como KAS, EKIN o XAKI formaron parte de las «entrañas y el corazón» de ETA, mientras que otras menores se dedicaron a colaborar con ella, como la Fundación Joxemi Zumalabe.

La sentencia de la Audiencia Nacional no dejó lugar a dudas sobre el rol de XAKI: «No es, ni más ni menos, que el aparato de relaciones internacionales de ETA», con tentáculos en París, Bruselas e Iberoamérica, a través de «miembros de la ilegalizada formación política Herri-Batasuna-Euskal Herritarrok».