El AVE Cantábrico-Mediterráneo, varado tras cinco años de promesas y estudios

La parte «creativa» del Corredor Cantábrico-Mediterráneo de Zapatero se limitaba prácticamente al tramo Teruel-Valencia, porque el resto ya estaba planificado e incluso con proyectos, estudios o trámites administrativos en marcha. Pero el anuncio de Zapatero tenía una explicación: contentar a los turolenses, a los que por activa y por pasiva el PSOE prometió modificar la línea del AVE Madrid-Valencia para que pasara por Teruel. Mientras lo prometía, arremetía contra el Gobierno de Aznar por no hacerlo.

Los cambios de Zapatero

Zapatero aireó su promesa hasta que llegó a La Moncloa. Una vez en el gobierno, dejó claro que no iba a modificarse el AVE Madrid-Valencia para incluir a Teruel. A cambio se comprometió a enlazar por Alta Velocidad a Teruel con Valencia y vistió con más pompa el asunto uniéndolo a otros proyectos que ya habían sido impulsados por sus predecesores: los trazados del AVE entre Zaragoza y el País Vasco a través de Logroño y Pamplona; y la remodelación de la línea Zaragoza-Teruel. Así se «fabricó» sobre el papel el Corredor Cantábrico-Mediterráneo que, a estas alturas, no está en obras ni entre Zaragoza, Logroño y Pamplona; ni entre Teruel y Valencia. De hecho, ni están los proyectos.

Es una de las asignaturas pendientes con las que se estrena José Blanco al frente del Ministerio de Fomento, conectar las dos grandes costas españolas a través de un eje transversal. Un concepto, por otra parte, que no es nuevo. Se puso en práctica hace casi un siglo, con el ferrocarril Santander-Mediterráneo, una línea que no llegó a completarse -faltaron unos kilómetros para que alcanzara la capital cántabra-. Funcionó durante décadas, hasta que en 1985 el Gobierno de Felipe González cerró ese trazado que pasaba por Teruel, Calatayud, Soria y Burgos.

Alta Velocidad «castrada»

Los hay que dan por imposible que se haga realidad el proyecto prometido en 2004 por Zapatero. Desde la plataforma ciudadana «Teruel Existe», Ramón Perales afirma que «la posibilidad de que un día hubiera Alta Velocidad entre Zaragoza y Valencia ha quedado castrada». En vez de haber reformado la antigua línea férrea para corregir las acusadas pendientes y las pronunciadas curvas que hay en los tramos Villarreal de Huerva-Cariñena y Caminreal-Ferreruela, se ha mantenido la misma configuración.

«Los planes que había dejado el Ministerio de Fomento en la época de Álvarez Cascos preveían hacer una línea que permitiera ir en tren entre Teruel y Zaragoza en una hora y cinco minutos -explica Perales-; el PSOE fue más allá en su propaganda y prometió reducir el tiempo de recorrido a 50 minutos. Sin embargo, tal y como se han hecho las cosas, en una tercera parte de la línea Zaragoza-Teruel los trenes no van a poder circular a más de 100 kilómetros por hora». Ramón Perales lamenta que se hayan incumplido promesas e incluso obras ya previstas. Cita el caso del túnel que se había previsto para salvar el puerto de Paniza (Zaragoza), que «fue adjudicado y después se descartó».

Calatayud, otra promesa

Puestos a buscar remedio, «Teruel Existe» reclama la conexión Caminreal-Calatayud. Teruel tendría así una conexión directa con el AVE Madrid-Zaragoza-Barcelona a través de la estación bilbilitana. El PP defendió la propuesta, el Gobierno de Zapatero la asumió hace cinco años, pero también está olvidada en Fomento. Consistía en construir un nuevo tramo de Alta Velocidad recuperando parte de lo que en su día fue el corredor Santander-Mediterráneo cerrado en 1985. Pero, cinco años después de la promesa, nada se sabe.

La Rioja y Navarra

Al final, ni siquiera se ha avanzado en los tramos que ya estaban proyectados antes de que Zapatero vendiera la idea del Corredor Cantábrico-Mediterráneo. Son los que debían discurrir por La Rioja y Navarra. «Los estudios informativos están desde 2004, pero nada se ha hecho desde entonces», se queja el consejero de Obras Públicas del Gobierno de La Rioja, Antonino Burgos.

Los estudios informativos son el paso previo para redactar los proyectos. A partir de ahí tendría que haber seguido el trámite sin interrupción, pero no fue así. «Nos hemos quejado muchísimas veces y hemos reclamado al Gobierno central, pero la situación sigue siendo la misma», lamenta Antonino Burgos quien, además, teme que «dejen a La Rioja como una isla en la red del AVE, porque está avanzando en el País Vasco, también hacia Valladolid, y Navarra prevé agilizar las obras aprovechando su régimen foral, que le permite firmar un convenio con el Estado y encargarse la Comunidad de redactar los proyectos de obras».

El Plan de Infraestructuras del Gobierno del PP se comprometió a llevar el AVE a las capitales de provincia en 2010, lo que incluía a Logroño y Pamplona. Pero el Plan que elaboró Zapatero, el que está en vigor, retrasó hasta el año 2020 la llegada del AVE a Logroño. «Y a la vista de los hechos -advierte el consejero Burgos- tampoco se va a cumplir esa fecha». Hoy por hoy, no se ha encargado ni siquiera la redacción de los proyectos. Entre Zaragoza, Pamplona y Logroño, los únicos proyectos encargados son los del tramo entre Plasencia de Jalón (Zaragoza) y Tudela (Navarra).