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La avispa «asesina» amenaza España

Cada vez son más los municipios que sufren las consecuencias de esta plaga que ataca con especial virulencia a las abejas autóctonas

ATLAS / ABC.es

Desde que se detectara por primera vez en España en 2010 en la comarca del Baztán, en Navarra, la avispa velutina no ha dejado de afianzarse en la Península ibérica. De momento ha sido localizada en Galicia, La Rioja, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, País Vasco y Baleares, y su expansión continúa en áreas en las que el clima es relativamente suave y lluvioso, según la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla).

Aunque se desconoce a ciencia cierta el origen de su llegada , todo apunta a que esta voraz especie invasora llegó a Europa, concretamente al puerto de Burdeos, en un cargamento de caquis procedente de China . Desde entonces, y pese a los esfuerzos de apicultores y administración, su avance ha sido imparable, hasta el punto de que ni unos ni otros ocultan que la avispa velutina «ha llegado para quedarse».

Cada vez son más los municipios que sufren las consecuencias de esta plaga que ataca con especial virulencia a las abejas autóctonas , evitando que realicen con normalidad las labores de polinización, de las que dependen el 70% de los cultivos para consumo humano.

Según explicó la doctora Teresa González, del servicio de Alergología del Hospital da Costa de Burela, las avispas autóctonas suelen tener el nido en la tierra mientras que las asiáticas anidan en zonas altas . La avispa asiática sólo pica cuando se ataca su enjambre para defenderse. Por ello, esta especialista aseguró que no es agresiva y tiene un comportamiento m ás tranquilo que la común . Además, «los dos venenos son similares, por lo que el tratamiento es el mismo. El verdadero peligro de la velutina es ecológico, ya que está desplazando a nuestras avispas autóctonas e incluso ataca a los enjambres de abejas».

Ante una picadura de avispa asiática o autóctona, la doctora Teresa González aconsejó « lavarse la zona de la picadura y ponerse un antiestamínico si la persona no es alérgica. Si la reacción es más grave hay que acudir al médico de Atención Primaria o a urgencias si la picadura provoca falta de aire, mareos o pérdida de conocimiento. Los pacientes que están diagnosticados por alergia a estos insectos deben llevar consigo una inyección de insulina, que será lo que les salve la vida en caso de una picadura». Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), el 3% de los españoles tiene reacciones alérgicas al veneno de avispas y abejas. Sus picaduras se disparan durante los meses cálidos cuando estos insectos están activos y se hace más vida al aire libre.

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