Absuelto Olarra Guridi del asesinato de Tomás y Valiente por falta de pruebas

Procesado por el juez Baltasar Garzón, la Fiscalía solicitó para Olarra 66 años de cárcel por el asesinato de Tomás y Valiente y por las lesiones que la explosión de un coche-bomba, ese mismo 14 de febrero en la calle Isla de Java de Madrid, causó a cuatro personas. La Sala, sin embargo, le absuelve de todos esos hechos.

Listado manuscrito

El autor material del asesinato de Tomás y Valiente fue, como resultó sobradamente probado en su momento y recuerda la sentencia, el miembro del «comando Madrid» Jon Bienzobas. La implicación de Olarra se dedujo de su integración en ese mismo comando desde octubre de 1995 hasta abril de 1996, del hallazgo de once huellas suyas en el piso franco de ETA en la calle Doctor Fleming de la capital de España así como de un listado manuscrito de 21 vehículos entre los que Olarra incluyó uno (un Ford Orión blanco) cuya matrícula fue doblada por los terroristas y colocada en el coche (un Ford Orión rojo) que fue explosionado el 14 de febrero de 1996 en Madrid una hora y media después de que Tomás y Valiente fuera abatido a tiros en su despacho de universidad.

La Audiencia Nacional pone de manifiesto en la sentencia que «no consta» que Olarra llevara a Bienzobas (el autor material del asesinato) a la facultad en el Orión rojo, como tampoco consta que ese coche se empleara en la huida. Los elementos de prueba que hay contra el ex jefe militar de ETA ya sirvieron para condenarle por los delitos de depósito de armas y tenencia de explosivos (material hallado en el piso donde estaban sus huellas) y sólo servirían para imponerle una condena por integración en organización terrorista, pero por ese delito ya ha sido sentenciado en Francia.

La Audiencia Nacional también le absuelve de la explosión del coche rojo. «La única relación que consta acreditada» de Olarra con ese hecho es que él tenía los datos -y los pasó al «comando»- del Orión blanco cuya matrícula fue doblada para «dar cobertura» al coche-bomba. Pero ese elemento es insuficiente para responsabilizarle de las lesiones que causó esa explosión, pues «falta la prueba que acredite (...) que colaboró de forma específica en la preparación de los explosivos o en la colocación del coche-bomba».