Iglesias nombrará «a dedo» al comité que «corrige» las listas y controla las primarias

Si bien es cierto que la última palabra la tiene el Consejo Ciudadano Estatal, que es quien ha de ratificar esa composición, en la práctica es un órgano que ya controla el secretario general, puesto que en la Asamblea Constituyente de Vistalegre un método similar a éste permitió a Iglesias elegir a quienes hoy componen la Ejecutiva de Podemos —a quienes se añaden los barones autonómicos—.

En la rueda de prensa del pasado martes, en la que el secretario político de Podemos, Íñigo Errejón, presentó el reglamento, una de las dudas que se suscitaron fue precisamente cuál sería el órgano encargado de aplicar «los criterios de correción» de los que habló. Estos suponen que, una vez confeccionada la lista, se podrá alterar el resultado de la misma buscando paridad o que se respeten «las nacionalidades», en palabras de Errejón. En la práctica y con el reglamento en mano, la Comisión Electoral elegida a dedo por Iglesias podrá colocar a sus candidatos más «preciados» en los puestos donde es más probable conseguir un escaño. Y corregir en última instancia los resultados de estas «primarias» que no gusten , siempre en base a esos dos criterios.

El «criterio correctivo de género» supone que el resultado podrá reordenarse en cremallera. Pero el correctivo «en favor del principio de filiación territorial» es el más controvertido. El Comité Electoral podrá considerar que existen «graves desproporciones en términos de vículos territoriales de los electos de una papeleta con el territorio respectivo». Esto, en la práctica, se convierte en un criterio subjetivo que permitirá al equipo de Iglesias alterar los resultados.

Pero además, también compete a la Comisión Electoral decidir qué puestos, una vez confeccionada la lista ganadora, «dejan de estar disponibles para los candidatos electos» en estas primarias. El motivo es que queden huecos libres para miembros de otras formaciones con las que Podemos está aún en pleno proceso de negociación . Y ahí los elegidos «tendrán que ser generosos» y cederles su puesto, en palabras de Errejón. Otra forma más de alterar el resultado de unas primarias abiertas que acaban por convertirse en un trámite para que finalmente se imponga lo establecido por Iglesias.