Podemos impone un modelo de primarias que favorece el control del aparato del partido

m. ruiz castro

30/06/2015
Actualizado a las 16:33h.

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Si la unidad popular trae de cabeza a la dirección de Podemos, con Pablo Iglesias al frente, la confección del reglamento para las primarias del partido amenaza con convertirse en un problema aún mayor . En la base, el disenso entre la cúpula del partido, que quiere crear una máquina electoral diseñada para ganar elecciones, y sus círculos y militantes de base, que claman mayor democracia interna y piden que no se bloquee su capacidad de decisión.

El secretario de Organización Política, Iñigo Errejón, ha presentado este martes el calendario y reglamento de las primarias para configurar la candidatura de Podemos a las elecciones generales. Si bien es cierto que serán abiertas, la circunscripción será estatal en el caso del Congreso y podrán presentarse equipos completos que se podrán votar de forma conjunta —también se podrá modificar el orden de los miembros que las componen—, una fórmula conocida como «listas plancha» que favorece que el aparato del partido controle el resultado de las mismas.

La experiencia de la Asamblea Constituyente de Vistalegre prueba que cuando una lista recibe el aval de Pablo Iglesias, es votada de forma mayoritaria. Se impone, una vez más, el aparato del partido. Es cierto que es posible modificar cualquier puesto porque las listas son abiertas, pero aquí la experiencia también juega en contra: lo usual es votar en conjunto y ello conlleva que la dirección acaba imponiendo la lista que recibe su aprobación. El sistema favorece a las candidaturas más conocidas , como apuntan diversas voces internas; en este caso, las arropadas por la dirección nacional y el secretario general, Pablo Iglesias, como ya ha ocurrido en procesos participativos anteriores.

Según ha explicado Errejón, habrá dos criterios de correción de las listas: de género y de territorio . De este modo, una vez confeccionada la lista se podrá alterar el orden de la misma buscando paridad o que se respeten las nacionalidades», en palabras de Errejón. Las primarias comenzará el próximo 3 de julio, con la recogida de avalaes, y culminarán el día 24 con la proclamación de los resultados,una vez hechas las votaciones y la campaña, que se celebrarán entre el 17 y el 22 de julio. El objetivo de este «adelanto del calendario de primarias» es que no pille «a contrapié» a Podemos un posible adelanto electoral.

Desde el 24 de mayo, la dirección del partido viene repitiendo el mantra de que unidad popular es sumar a miembros y organizaciones de la sociedad civil a su proyecto —es decir, seguir siendo Podemos—, mientras numerosas voces internas y externas piden candidaturas de confluencia que desborden los límites de las siglas de la formación morada. Iglesias está abierto a hacerlo en algunas regiones bajo la justificación de que se trata de «ecosistemas políticos diferentes», como Cataluña, Valencia o Galicia, pero no está dispuesto a que una unión —sea de la forma que sea— con IU lleve al traste su estrategia de ganar las elecciones desde el centro ideológico. De hecho, Errejón ha apuntado en rueda de prensa que la hoja de ruta diseñada en Vistalegre, a la que se aferra el partido, podrá modificarse —con su consiguiente referendum a las bases— para concurrir en candidaturas conjuntas con «otros actores políticos» en «las nacionalidades», pero ello no es extensible a todo el territorio español: «No se trata de hacer frentes de izquierda. No nos van a encontrar en el terreno de un frente de izquierdas frente a dos partidos que se postulan como el centro del tablero », se ha justificado.

Las bases ya estaban en alerta y el foro principal de la militancia del partido, Plaza Podemos, se llenó desde el pasado sábado de llamadas a soliciar unas «primarias justas». Incluso existe ya un manifiesto que pide que quienes se presenten a las primarias lo hagan por una sola provincia y que se desestime cualquier «padrinazgo de los cargos orgánicos del partido o de los líderes mediáticos del mismo».

Entre los usuarios hay quienes piden que se trate a los ciudadanos como «mayores de edad», que no se tenga miedo a que la gente decida y a la democracia directa y se reivindica el espíritu del 15-M para pedir que no se cambie «a una élite por otra». « ¿Es posible empoderar a la ciudadanía si no confiamos siquiera en que cada circunscripción elija su propia lista para las generales? », se preguntan.

El ya conocido como sector crítico de Podemos, que lanzó hace un par de semanas el manifiesto «Abriendo Podemos» para reclamar más «pluralidad interna» y «canalizar iniciativas y voluntades» , se ha puesto también manos a la obra para ejercer su labor de contestatario de esta estrategia de imposición de listas de la cúpula del partido.

Jorge Dodero, de Abriendo Podemos, critica que el partido debería «mirarse bien por dentro, cambiando algunas actitudes, para lo que solo es preciso reinterpretar acuerdos y decisiones tomadas en una coyuntura distinta y con menos información de la que ahora tenemos». Y apunta directamente a las listas plancha, que considera democráticas y legítimas, pero «desaniman, cierran el partido, crean clientelismo interior y tienen buena culpa de la sangría que sufre Podemos . «No lo estamos haciendo bien, estamos construyendo una casa más que ni es común ni es de comunión. O reformamos el invento o sólo seremos eso, un lugar más en el que habitar», sostiene.

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