La crisis dispara las estafas y la simulación de robos para cobrar seguros

A juicio de la Fiscalía, la evolución de la criminalidad se mantiene estable y «no deben sacarse excesivas conclusiones» sobre el 2 por ciento de descenso en la apertura de procedimientos: en 2013, 4 millones en la jurisdicción penal.

Advierte la Memoria que los delitos contra el patrimonio constituye la delincuencia «con más presencia cuantitativa y también la que en mayor medida se percibe por la sociedad». El problema es que no son pocas las conductas que tienen un «fulminante recorrido judicial» hacia el archivo por su difícil acreditación. Hurtos, robos con fuerza, estafas o apropiaciones indebidas, que tan abundantemente engrosan la incoación de las previas, son claro ejemplo de ello. La Fiscalía ha constatado también que los robos con violencia se han podido ver incrementados «artificialmente en virtud de simulaciones que, movidas por un clima de penuria económica, llevan a la presentación de denuncias» buscando el eventual cobro de indemnizaciones a través de pólizas de seguro.

Y es que para el Ministerio Público no hay duda de que la crisis económica actúa como «inequívoco motor» de muchos de estos delitos y causa clara de concretos repuntes de delincuencia. De la misma forma la crisis ha fomentado la delincuencia organizada y el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación como herramienta al servicio del delito, especialmente en el ámbito del consumo.

Los delitos de estafa aumentan un 8 por ciento por segundo año consecutivo. Crecen sobre todo, las que se dirigen contra las aseguradoras en base a que el asegurado «denuncia falazmente ser víctima de un delito contra su patrimonio o un accidente vial susceptible de poner en juego la cobertura de la póliza de seguro». Normalmente la falta o delito de estafa quedan en grado de tentativa o resultan un acto preparatorio impune en el caso de no haberse iniciado la reclamación ante la compañía aseguradora, lo que sucede en muchos casos, cuando por la misma Policía se recibe una denuncia que se aborta como inconsistente o reiterativa.

También la crisis ha hecho aflorar delitos que hace años se consideraban marginales, como advierte la Fiscalía. Es el caso de la defraudación del fluido eléctrico y análogos (conductas como alterar los contadores, por ejemplo). Si en el año 2009 apenas se estaba en las 1.067 incoaciones, hoy estas se han cuadruplicado, aunque solo el 17% de ellas se tradujeron en una petición de pena. (Se supone que en los demás casos el defraudador pagó antes de llegar a juicio).