Los barones impondrán al nuevo líder del PSOE retrasar las primarias
Como primera medida para recuperar el control orgánico, después de que los militantes elijan hoy a Pedro Sánchez o Madina como sucesor de Rubalcaba
gabriel sanz
El PSOE «debe dejar de mirarse el ombligo permanentemente». «Somos un partido de gobierno, no ‘Podemos’». «El secretario general que salga elegido tiene que ponerse ya a construir la alternativa a Rajoy y eso se hace ganándole antes las elecciones autonómicas y municipales de 2015».
Las anteriores son tres frases entresacadas de conversaciones de ABC, esta semana, con varios de los 17 secretarios generales de federación socialistas. Se han conjurado para obligar al líder del PSOE que salga elegido hoy en la votación de los 198.123 afiliados , Pedro Sánchez o Eduardo Madina, a retrasar las primarias abiertas que elegirán al candidato a la Presidencia del Gobierno. Ahora mismo están fijadas para la última semana de noviembre , previsiblemente el día 30.
La andaluza Susana Díaz; el valenciano Tximo Puig; el madrileño Tomás Gómez; el vasco Patxi López; el canario José Miguel Rodríguez y el riojano César Luena, entre otros, quieren acabar con el discurso «autorreferencial» en el que ven sumido al partido y abortar la tentación de convertir esas primarias de noviembre en una «segunda vuelta» del congreso extraordinario, lo cual prolongaría la incertidumbre sobre el liderazgo del PSOE . Entre todos, suman -dice uno de ellos como aviso a Madina- «el 80 por ciento del PSOE, en militantes, en delegados a un congreso o en el próximo Comité Federal».
Esta realidad prefigura un escenario en el que si el elegido es Pedro Sánchez , como han apoyado tácitamente ellos moviendo sus «aparatos» regionales en busca de avales -41.338 el diputado madrileño frente a solo 25.238 Madina-, no habrá problema. El diputado madrileño ya ha matizado lo dicho el pasado lunes en el debate con Madina y Pérez Tapias: «escuchará» a los barones y retrasará la elección del candidato a La Moncloa hasta después de las elecciones municipales y autonómicas de 2015. Además, eso le permitirá presentarse beneficiado por la previsible recuperación de varias alcaldías y alguna autonomía emblemática.
Dos semanas de negociación
¿Y si hoy gana Madina? Pues la mayoría de barones le recibirá de uñas, empezando por Susana Díaz, a quien el vasco dejó un recado el jueves: «Hay quien comprende que las primarias son un follón y mirarse el ombligo. Yo creo que es democracia». Una opinión que parece avalar el extremeño, Guillermo Fernández Vara, quien, junto al asturiano Javier Fernández constituyen los apoyos orgánicos más importantes que tiene Madina, cuando señala: «No es tiempo de barones sino de los militantes». El nuevo secretario general (Tapias, de la minoría Izquierda Socialista, tiene nulas posibilidades) dispondrá de quince días para negociar, uno por uno, con todos los secretarios generales de federación la futura Ejecutiva Federal, hacer encaje de bolillos, y llegar al congreso extraordinario del 26 y 27 de julio con una lista de «integración» que respete equilibrios territoriales, de género (paridad hombre/mujer) y refleje en número de representantes la nueva realidad del PSOE con una Izquierda Socialista que ha renacido en influencia interna la persona de su candidato Tapias.
Y los dos favoritos se juegan mucho en ese envite; Más Eduardo Madina, si gana. Un encontronazo suyo con Susana Díaz, Tximo Puig, Tomás Gómez o Patxi López, y se encontraría con que, a la previsible debilidad del liderazgo reconocido en las urnas -se espera un triunfo ajustado y, además, con una participación probablemente inferior al 60 por ciento-, se sume el «voto de castigo» a su primera ejecutiva, por parte de muchos de los delegados que el 26-27 de julio tienen que ratificar su elección y la lista; no sería la primera vez que ocurre en el PSOE.
Hay un dato que preocupa en los «aparatos» territoriales y en Ferraz, por lo que tiene de aviso sobre una abstención alta: siendo verano, solo el 2 por ciento de la militancia (4.000 afiliados) ha solicitado «voto desplazado» en su lugar de veraneo. Y respecto al resultado, división de opiniones. Los «madinistas» creen que su candidato ganó el debate del lunes y que «hay partido». Y los aparatos que apoyan a Sánchez, la mayoría a excepción de Extremadura y Asturias, creen que la suerte está echada «pero desde hace semanas». «El debate no movió nada», dicen estas fuentes, convencidas de que Sánchez ganará porque Madina ha cometido el error de convertir su elección en un «yo contra el mundo».
Esa mayoría silenciosa de barones no era inicialmente «sanchista». Se tornó tal cuando Susana Díaz decidió no competir. La operación de la lideresa andaluza era otra: «desembarcar» por aclamación del congreso; pero, al obligarle Rubalcaba a competir, admitiendo la exigencia de Madina «un militante/un voto» -pactandolo con él para frenarla, dicen los detractores del vasco y del todavía secretario general-, Susana Díaz anuncia que se retira de la carrera por el liderazgo nacional en la mañana del lunes 9 de junio... e inmediatamente, empieza a moverse para cortar el paso a Madina hacia la Secretaría general.
Patxi López se dejó querer
Tan inmediatamente, que ese mismo día almuerza en el palacio de San Telmo, sede de la Junta, con Patxi López, a quien le ofrece el apoyo del PSOE andaluz si quiere competir. Cualquiera antes que Madina. López acababa de anunciar su marcha de la Secretaría General del PSE por la debacle europea, pero vuelve a dejarse querer y telefonea a Tomás Gómez, quien le dice que, no siendo su primer apuesta -acababa de afirmar: «con Susana al fin del mundo»-, le acepta. Es el valenciano Tximo Puig quien no acaba de ver a López porque supone apostar, a la desesperada, por alguien que acaba de perder en las europeas la mitad de los votos de 2009.
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