ETA se planteó realizar un atentado junto al Museo del Louvre, a finales de 2007

Jacqueline Audax, presidenta del Tribunal de lo Criminal de París que juzga a tres presuntos miembros del «aparato político» de ETA , dio cuenta este lunes de los documentos hallados en un piso en Francia durante la detención, el 20 de mayo de 2008, de Ainhoa Ozaeta, Igor Suberviola, Jon Salaberría y el ya fallecido dirigente de la organización terrorista, Francisco Javier López Peña, «Thierry».

Según el informe de conclusiones que el «comité ejecutivo» de la banda terrorista redactó, en la reunión participaron 208 miembros que se implicaron con sus «aportaciones». Y, aunque hubo algunas críticas al atentado del aeropuerto de Barajas, la mayoría de los etarras abogaban por reanudar y ampliar la «lucha armada ».

Incluso hubo voces a favor de abrir un nuevo frente con atentados en Francia. Así, precisa Jacqueline Audax que un miembro de ETA, al que no se ha podido identificar, proponía lanzar un aviso a las autoridades galas en forma de comunicado y, si no respondían, se organizaría un ataque con explosivos en la zona del Museo del Louvre de París. Más tarde, otra acción terrorista en la sede de Michelin en Clermont Ferrand y a continuación una en un gran aeropuerto.

Otro militante que la Policía asocia al alias «Txeroki», del entonces jefe militar Garikoitz Aspiazu Rubina, la petición de mantener abiertos todos los frentes de la «lucha armada» con el único límite de no matar a civiles «sin discernimiento». En palabras del fiscal, Jean-François Ricard: «Txeroki justificaba que no solo debían ser objetivos de atentados los dirigentes del PSOE y del PP, sino también concejales de estos partidos».

No obstante, en el informe de conclusiones del «comité ejecutivo» -que debía dar lugar a una decisión en julio de 2008, posterior a los arrestos de Burdeos - se descartaba atentar en Francia y se insistía en reforzar la seguridad interna en la banda tras reconocer que las Fuerzas de Seguridad tenían un gran conocimiento de su funcionamiento.

Precisamente en las fechas en las que se celebró la reunión de la directiva etarra, tres miembros de la banda terrorista causaron la muerte a dos guardias civiles en el aparcamiento de una cafetería en la localidad francesa de Capbreton. Raúl Centeno, de 24 años, y Fernando Trapero, de 23 años, fueron asesinados al ser identificados como integrantes de la Guardia Civil por un «comando» etarra. Uno de los etarras implicado fue Karrera Sarobe, «Ata», integrante de la rama más dura de la banda y próximo a las tesis de «Txeroki» en la defensa de las posiciones radicales. En 2007 se reincorporó a la dirección etarra, y se le detuvo en 2010.

El doble asesinato en Capbreton es, junto al del gendarme Jean-Serge Nérin en una localidad cercana a París, las únicas víctimas de ETA sobre suelo francés. En el caso de la muerte del gendarme, cuatro etarras iniciaron un tiroteo con la Policía francesa durante la huida de un concesionario donde habían robado un vehículo. En el transcurso del tiroteo, Jean-Serge Nérin, de 52 años, recibió un disparo mortal en una zona no protegida por el chaleco antibalas.