Suárez sufre «empeoramiento neurológico progresivo», según el último parte

El portavoz de la familia, Fermín Urbiola, ha convocado a los informadores congregados a las puertas de la Clínica Cemtro de Madrid para agradecerles de parte de los familiares del expresidente el tiempo que llevan allí trabajando, el cariño con el que están informando y la intimidad que están teniendo gracias a ellos. «La familia está muy agradecida. Saben que estáis ahí, informando con cariño», ha dicho.

Al ser preguntado por cuál era el estado del expresidente y cómo había pasado la tarde, Urbiola ha indicado que, cómo ya dijo este viernes su hijo mayor, Suárez «está en manos de Dios».

En los exteriores de la Clínica Cemtro , donde se encuentra ingresado el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez , hay desde esta mañana un gran despliegue de medios de comunicación.

A medida que transcurre el día van llegando más periodistas, que se unen a los cerca de 40 informadores, entre periodistas de prensa, agencias, radios y televisiones, operadores de cámara y técnicos que desde primera hora de la mañana esperan noticias sobre el estado de salud del expresidente, después de que su hijo Adolfo Suárez Illana anunciara en la mañana de ayer que su vida no se prolongaría más de 48 horas.

Frente a la entrada principal de la clínica permanecen apostados 20 cámaras de televisión, dispuestas a grabar cualquier novedad en relación con este asunto. Además, hay cuatro unidades móviles para garantizar la conexión en directo de las televisiones en caso de producirse la fatal noticia.

No por esperada, la noticia del agravamiento del estado de salud del ex presidente del Gobierno ha dejado de provocar una gran expectación y un inusitado interés entre la mayoría de los ciudadanos. El hecho de que no haya sido la primera vez que el Duque de Suárez es internado como consecuencia de la enfermedad que padece parecía haber relegado a un segundo plano las novedades de su último ingreso, el pasado lunes. Sin embargo, cuando a las once de la mañana de ayer se convocó con carácter de urgencia una rueda de prensa en la Clínica Cemtro de Madrid, ya se preveía que la evolución del proceso neurológico se estaba agravando.

A la urgencia de la convocatoria se añadía la circustancia de que iba a ser Adolfo Suárez Illana el encargado de ofrecer esa rueda de prensa. Las alarmas saltaron en las redacciones de los medios de comunicación, que se prepararon para un despliegue informativo sin saber todavía el alcance de la noticia que iba a producirse poco después.

La comparecencia se convocó con tan poco tiempo de antelación que una gran mayoría de los redactores llegaron cuando ya había comenzado y el hijo de Suárez pronunciado las primeras palabras («el desenlace es inminente») que segundos después abrían las páginas webs de la mayoría de los periódicos de ámbito nacional y regional, convirtiéndose en la noticia del día. Esa sala de prensa se quedó pequeña para albergar a los numerosos informadores que fueron llegando a toda prisa y a los que la noticia había sorprendido a medio camino del Palacio de la Moncloa, donde iban a cubrir la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

La comparecencia de Suárez Illana no fue muy extensa, no más de quince minutos, interrumpida por las lágrimas del hijo del expresidente que tuvo que sacar un pañuelo para secarse el rostro. La aglomeración de cámaras de televisión era de tal magnitud que tuvieron que hacerle sitio para que pudiera llegar a la puerta de salida de la sala. Tras finalizar su comparecencia recibió el cariño del peripodista deportivo José María García que, ocasionalmente, se encontraba en el hospital para hacerse una revisión médica y que, como amigo de la familia Suárez Illana, se acercó a apoyar al hijo del expresidente.

Si la expectación era máxima dentro de la sala de prensa, aún mayor era en los aledaños del centro hospitalario. Las principales cadenas de televisión hicieron programas en directo, se emitieron especiales sobre la vida del expresidente y los periodistas se apostaron a las puertas de la Clínica Cemtro durante todo el día esperando la visita de representantes de todos los sectores de la sociedad, por si se acercaban a interesarse por el estado de salud del paciente.

Sin embargo, el hecho de que los familiares pidieran respeto a su intimidad se reflejó en la escasa presencia de autoridades. Y la familia, una vez más, agradeció el respeto que los medios de comunicación han demostrado durante toda la enfermedad.