Seis jóvenes familias destrozadas por la tragedia

El tajo donde se produjo el accidente, situado a 694 metros de profundidad, ha cercenado de golpe la historia de seis familias destrozadas por el dolor. Este nuevo mazazo a la minería, el peor en los últimos dieciocho años, ha hecho rememorar los años negros de una profesión acuciada por un futuro incierto.

El incidente ha golpeado de lleno a la localidad de Las Ventas de Albares, a los que pertenecen los los municipios de Torre del Bierzo y Bembibre. Carlos Pérez de 38 años, natural de Bembibre, estaba casado y tenía dos hijos, una niña de 16 y un niño de 13 años. Este vigilante del Pozo vivía en León, y prácticamente todos los fines de semana se acercaba al pueblo con su familia para visitar a sus padres.

Manuel Moure, de 39 años, era muy conocido en Ciñera de Gordón. De familia minera, había conocido la crudeza de la profesión desde pequeño. La víctima acababa de volver del permiso de paternidad al haber sido padre de una niña hace escasas semanas, lo que ha dejado destrozados a familiares y amigos.

Antonio Blanco, de 43 años, era natural de Robles de la Valcueva (Matallana del Torío) y vivía con su mujer y su niña en León. La crudeza de su historia es que se encontraba a punto de prejubilarse para poder disfrutar de su familia y amigos a tiempo completo.

El dolor también se detuvo este mediodía en Fontanos. Natural del municipio era Roberto Álvarez de 35 años, el menor de las víctimas que una bolsa de gas grisú en Pozo Emilio del Valle ha decidido arrebatar hoy. Casado y con dos hijos pequeños, una niña de dos años y un bebe nacido este verano, sus vecinos aseguran que «era un chaval estupendo», al tiempo que se muestran estupefactos ante la tragedia ocurrida.

La muerte de Orlando González ha teñido de luto La Pola de Gordón, donde residía junto a su madre. Aunque nacido en Paradilla hace 44 años, llevaba los últimos doce años de su vida bajando a diario a las entrañas de la tierra.

José Luis Arias es la única víctima que no era de la provincia de León. Natural del concejo de Pola de Lena, este asturiano de 45 años casado y con dos hijos había decidido trasladarse a la Hullera Vasco Leonesa para poder seguir trabajando en la minería.