Los asaltos a la valla de Melilla: la historia interminable
Urge encontrar soluciones: el drama humano ha sido continuo durante el verano y los CETIs están saturados
Los asaltos a la valla de Melilla: la historia interminable
El goteo incesante de asaltos a la valla de Melilla se asemeja a una historia interminable. El número de personas desesperadas que trepa por la frontera, carne de CETI o de miseria, parece no tener fin. La verja metálica, fría y cortante, limita dos ... mundos que en realidad están separados por un abismo. El imponderable drama humano en la frontera africana continurá por los siglos de los siglos si las sociedades de los dos mundos (el Primero y el Tercero) no encuentran los remedios.
Este jueves eran otros 200 subsaharianos , 200 más, los que trataban de pisar la ciudad autónoma de Melilla . Temprano madrugó la madrugada, a las 6:30 horas se amontonaban en la zona conocida como Vaguada Linares, próxima a Rostrogordo. Temprano estás rodando por el suelo, un amplio despliegue de la Guardia Civil les repelía con pelotas de goma. Diez inmigrantes, diez entre doscientos, lograron esquivar los múltiples obstáculos, y la norma.
Sólo dos días antes eran otros 300 africanos, 300 más, los que se arracimaban en la misma valla. Escalaban por ella como si fuera una tela de araña y luego descendían o directamente saltaban desde alto. Seis guardias civiles y uno de los inmigrantes resultaban heridos. Este verano la valla ha asistido a una tragedia en sesión continua. El 6 de agosto eran otros 200, 200 más, los que intentaban cruzar por la zona de Río Nano. Y el 25 de julio, cuando España lloraba a las víctimas de Santiago, eran otros 200, 200 más, los que intentaban alcanzar su sueño fugitivo por Barrio Chino y Villa Pilar.
CETIs saturados
Los CETIs están saturados. Son, como señalan sus siglas, Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes, no preparados para los alojamientos a perpetuidad. Están diseñados para procurar alivio al viajero necesitado, pero no para acoger el volumen de inmigración de las últimas semanas. Los trabajadores del CETI de Melilla no ocultan su preocupación por la situación del centro: con una capacidad idónea de 480 personas, alberga ahora a 950.
Fuentes oficiales apuntan a que unos 500 inmigrantes subsaharianos aguardan en las localidades marroquíes próximas a Melilla, fundamentalmente ocultos en bosques, una oportunidad para acceder a la ciudad autónoma.
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