Chacón agrava la crisis del PSOE
La exministra enmarca su salida en las diferencias de proyecto y calendario con Rubalcaba

Se va, sin irse. Se va, para coger oxígeno y regresar con más fuerza. «Con billete de ida y billete de vuelta», dijo ayer una especialmente sonriente Carme Chacón. Tras año y medio «calentando» escaño, sin puesto visible ni en el aparato socialista ni en el grupo parlamentario, y viendo cómo sus expectativas se desinflaban , la ex ministra Carme Chacón ha optado por renunciar a su escaño como estrategia para cambiar el paso y ganar credibilidad. En un momento en el que la ciudadanía critica de manera creciente el acomodo de la clase política, con su vuelta a la actividad privada -dará clases en la universidad de Miami Dade sólo hasta el 30 de junio - pretende poner tierra de por medio y convertirse en icono del regeneracionismo político. Su hijo la acompañará, pero su marido la esperará en España tras meditar la oferta durante los dos últimos meses.
La pregunta es ¿y ahora qué?. «Quien piense que su salida temporal resuelve el problema de Alfredo se equivoca, más bien lo acrecienta», explicaba ayer un alto cargo socialista. Y es que la marcha de Chacón deja huérfana a la sección del PSOE sedienta de cambios en el partido, no sólo de rostros sino también de estrategia. Con Chacón en el escaño, sus partidarios estaban controlados. «Ahora habrá que esperar a ver qué pasa, porque la noticia aún se está asimilando, pero si Rubalcaba intenta cerrar filas se va a encontrar con que ni tiene el horizonte despejado ni se le espera», señalaba un miembro del grupo parlamentario. La noticia llega, desde luego, en un momento más que complicado para el secretario general del PSOE. Cuando aspira a recuperar la iniciativa política en el arranque del curso, con el frente andaluz abierto tras la renuncia de José Antonio Griñán y sin armisticio firmado en la «guerra civil» con el PSC de Pere Navarro.
Rubalcaba, de los últimos
La fría relación que une a Chacón y al actual del líder del PSOE ha estado en todo momento sobre la mesa. La exministra enmarcó su marcha en las diferencias de proyecto y calendario con la actual dirección y reconoció que, mientras Griñán «lo sabía desde hace tiempo», Rubalcaba fue de los últimos en enterarse, casi al tiempo que la prensa. «Me deseó suerte en todo, excepto en el partido del Barça». «Faltaría más», replicaban algunos de sus partidarios.
Discurso de regeneración
En su despedida en el Congreso, tras trece años de pertenencia, la política catalana se ocupó de dejar todas las puertas abiertas. «Dejo el escaño pero no la política» repitió como un mantra , adelantando que cuando el proceso de sucesión se abra en el PSOE, participará «muy activamente» con el «dorsal que quieran mis compañeros». Regresará de Estados Unidos a tiempo para las elecciones europeas en cuya campaña piensa colaborar y hasta entonces prometió «estar ahí» por cualquier medio: presencial o telemáticamente. De momento, acudirá en noviembre a la Conferencia Política.
Chacón pronunció un discurso cuidadosamente preparado del que procuró no desviarse. Una alocución que sonaba más a candidata que a renuncia. «Hace año y medio presenté un proyecto de renovación política y generacional que creo que sigue vigente para mi partido y que debe hacerse extensivo al sistema de partidos y a las instituciones españolas, que dan todas ellas muestras graves de desgaste y deterioro». Justo las palabras que demanda la calle. «A veces el mayor riesgo es no arriesgarse», respondía Chacón con la seguridad de quien sabe que dando hoy un paso atrás puede dar mañana dos hacia adelante. Ahí queda.
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