Gibraltar considera «inaceptables» las incursiones de la Guardia Civil española en sus aguas

En una nota difundida por las autoridades gibraltareñas, se da cuenta de que Picardo ha enviado una larga carta a Downing Street, en la que califica de «positiva y necesaria» la queja expresada por el ministro británico para Europa , David Lidington, al secretario de Estado español para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo. Sin embargo, añade que esa queja puede «no ser suficiente». El ministro principal califica el incidente de «peligroso y absolutamente inaceptable» y agrega que el mismo, junto a otras «incursiones», constituye «un serio desafío a la jurisdicción gibraltareña y la soberanía británica».

Para Picardo es importante que España «sienta el verdadero peso de la reacción británica a las continuas violaciones –dice- de nuestra soberanía», y sentencia: «Hasta la fecha, las acciones diplomáticas no parecen haber tenido ningún efecto relevante y me temo que España no se verá disuadida por otra protesta verbal, por muy firme que ésta sea».

Un rumor «infundado»

El supuesto incidente al que hace referencia la carta se produjo el pasado lunes cuando, según el Foireign Office, «durante una incursión ilegal» en las «aguas territoriales británicas» un agente de una patrullera de la Benemérita «disparó un arma». Además de la queja expresada verbalmente por Lidington a Méndez de Vigo, el encargado de Negocios de la Embajada británica en Madrid, leyó la nota del Foreign Office al Ministerio de Exteriores español. No hubo, sin embargo, nota verbal de protesta.

Por su parte, un portavoz de Exteriores negó «rotundamente» que se hubiera producido ningún incidente en aguas de Gibraltar y trasladó al Reino Unido su «malestar» por «haberse hecho eco de un rumor no contrastado e infundado que afecta» a las relaciones «como socios y aliados» entre los dos países . Fuentes del Ministerio del Interior aseguraron que no se había producido ni un solo disparo por parte de la Guardia Civil, que al parecer persiguió a la moto náutica en las aguas en torno al Peñón, que España y el Reino Unido se disputan, ante la sospecha de que estuviera cometiendo un acto de contrabando.