Los médicos desenmascaran a Bolinaga

El Ministerio del Interior eludió ayer pronunciarse sobre la opinión del Colegio de Médicos, aduciendo que se trata de un asunto que compete a la Justicia y a los médicos. Se da la circunstancia de que, tras quedar el etarra en libertad, la presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez , en declaraciones a ABC, puso en duda el diagnóstico de los facultativos vascos favorables a la excarcelación de Bolinaga, al considerar que Osakidetza (el Servicio Vasco de Salud) tiene excesiva dependencia, también ideológica, respecto del Gobierno vasco, partidario de «medidas humanitarias» para el secuestrador de Ortega Lara .

El dictamen del Pleno de la Junta Directiva del Colegio de Médicos de Madrid es precisamente la respuesta a una denuncia que, contra la forense, interpuso Jaki Hadi , un colectivo de médicos del País Vasco próximos a la «izquierda abertzale». De esta manera han visto frustrada su pretensión de desprestigiar a la forense.

Ingresos puntuales

Los médicos del colectivo Jaki Hadi acusaron a la forense de «tendenciosa». De la misma forma, el pronunciamiento desautoriza en parte el diagnóstico de los médicos del hospital de San Sebastián, que el pasado verano aconsejaron la puesta en libertad del asesino y secuestrador porque, en su opinión, el cáncer en fase terminal que padece no podía ser tratado con las mínimas garantías estando en prisión.

Según el dictamen oficial del Colegio de Médicos, el tratamiento en casos como el del etarra Bolinaga consiste en la aplicación de radiocirugía sobre las metástasis del cáncer , lo que requeriría ingresos puntuales en el hospital para someterle «a los distintos actos terapéuticos».

El Colegio coincide con la forense de la Audiencia Nacional también en el cálculo que expuso sobre la esperanza de vida de Bolinaga. « El tratamiento produce una expectativa de vida que está en relación con lo manifestado con la forense ». Y contradice el diagnóstico del equipo médico del Servicio Vasco de Salud. Este organismo del Ejecutivo de Vitoria concluía que el etarra Bolinaga padecía una enfermedad en fase «irreversible». En su opinión, «más de la mitad de los pacientes», que se encuentran en una situación igual, «fallecen antes de los nueve meses y la probabilidad de supervivencia a los doce meses estaría en torno al diez por ciento».

El terrorista permanece en libertad desde hace más de nueve meses y da paseos por la localidad en la que ha fijado su residencia, Mondragón, sin que de su estado se desprenda a priori un visible empeoramiento. Los responsables de la cárcel de Zaballa, adonde había sido trasladado semanas antes Bolinaga, se mostraban partidarios de su libertad provisional, al considerar que el tratamiento que necesitaba el preso no era posible en una cárcel «porque en las prisiones hay enfermerías que son como centros de atención primaria».

Con todos estos datos, el juez de Vigilancia Penitenciaria José Luis Castro concedió a finales de agosto, en contra del criterio del fiscal, la libertad al etarra, que abandonó el hospital de San Sebastián. El magistrado se ratificó en su decisión el pasado mes de febrero después de que se difundiera un vídeo en el que se negaba a arrepentirse de sus crímenes .