Francia condena a 20 años de cárcel a «Txeroki» y otros tres etarras

Tanto «Txeroki» como los otros nueve otros miembros del aparato militar juzgados en la capital francesa desde el pasado 18 de febrero han usado el proceso para transmitir el mensaje de que ETA quiere una negociación a tres bandas, con los gobiernos español y francés, sobre lo que llaman «las consecuencias del conflicto» en Euskadi.

Empezó el propio «Txeroki», responsable de los comandos desde 2006 y hasta su arresto el 17 de noviembre de 2008, con una declaración en la que también reconoció «el dolor causado» por la organización terrorista, pero sólo a las víctimas colaterales, las que «no tenían nada que ver» con «el conflicto». Una distinción que fue considerada «una marcha atrás» por el fiscal, Jean-François Ricard, que se reafirmó así en la convicción de que los que se han sentado en el banquillo durante más de tres semanas eran y son la facción «más dura» y «más extremista» de ETA.

Según Ricard, esa facción —que llegó la dirección etarra con el mortal coche bomba del aeropuerto de Barajas en diciembre de 2006— quiere «pesar en el debate interno» desde «una línea distinta de la línea oficial».

El juicio quedó visto para sentencia esta misma mañana después de que Aitzol Iriondo —quien estaba destinado a suceder a «Txeroki» como jefe militar, pero que fue arrestado sólo tres semanas después que el propio Aspiazu Rubina— haya tomado la palabra por última vez «en nombre de todos» los acusados para reiterar la propuesta de negociación a España en Francia e insistir en que «ETA puso fin a la lucha armada el 20 de octubre de 2010».

Más allá de esta pretensión de darle una dimensión política, el juicio ha delimitado las responsabilidades de los diez en el secuestro en el suroeste de Francia, del 24 al 27 de agosto de 2007, de una familia de Orio (Gipuzkoa) a la que robaron el vehículo para cometer un atentado, finalmente fallido, en Oropesa del Mar.