Cristina Cifuentes, una vida dedicada a la política madrileña

Madrileña, de 50 años, es licenciada en Derecho, máster en Administraciones Públicas y perteneciente al Cuerpo de Técnicos Superiores de la Universidad Complutense. Lleva toda su vida metida de lleno en la política madrileña, primero veinte años en la Asamblea y desde comienzos de 2012 en la Delegación del Gobierno. «Soy madrileña y mi vocación es el servicio público a través de la política», apunta en su propia página web.

En la misma señala las diferentes funciones que desempeña dentro de la formación popular madrileña. «Formo parte del Comité de Dirección, del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva Regional. Además soy Presidenta del Comité de Derechos y Garantías». Durante su larga carrera en la Asamblea de Madrid, llegó a ser vicepresidenta y fue también portavoz del Grupo Popular en temas de justicia e interior.

Con la llegada de Mariano Rajoy a la Moncloa, Cifuentes se convirtió en la Delegada de Gobierno en Madrid. Durante este tiempo ha tenido que lidiar con un importante número de manifestaciones y otros actos de protesta, que en algunos casos concluyeron con graves incidentes, como las polémicas «Marchas de la Dignidad» del 22 marzo de 2014, que se saldaron con más de 29 detenidos y 67 policías heridos.

Alejada del perfil bajo de exposición a la opinión pública de sus antecesores, ha conseguido labrarse una imagen de «delegada todoterreno». «No me gusta estar todo el día en el despacho; me gusta estar en la calle, conocer los problemas y la manera de resolverlos», señalaba apenas cien días después de acceder al que todavía hoy es su puesto.

En pleno revuelo por el cambio de cromos en el PP de Madrid, su nombre empezó a aparecer en las quinielas de los posibles candidatos electorales. Aunque evitaba postularse cada vez que le preguntaban y argüía que solo se planteaba seguir trabajando en las obligaciones diarias de su trabajo, nunca cerró la puerta al cambio de escenario. Hace unos meses, en declaraciones a RNE, así lo refrendaba. «Decir otra cosa me parece hipocresía pero no hablo de mí... si el partido te encomienda una responsabilidad es muy difícil decir a eso que no».

No osbtante, siempre mantuvo el discurso de que el partido tendría que elegir al candidato que más posibilidades de victoria tuviese. «Lo contrario sería ilógico».

Si hay un hecho que marcó un antes y un después tanto en su vida como en su trayectoria política fue el grave accidente de moto que sufrió en agosto de 2013 en la Castellana . Ingresó con siete costillas rotas (de las 3 a la 10), traumatismo torácico grave y hemoneumotórax, consecuencia del fuerte impacto. La delegada llegó a calificar aquel como «el peor año de su vida». Sus lesiones hicieron que permaneciese 20 días en la UCI. Después de aquello, no ha vuelto a conducir una moto porque así se lo prometió a sus hijos.

Es especialmente activa en Twitter, una red social a la que se unió en diciembre de 2008 y en la que tiene más de 67.500 seguidores. En este sentido llegó a presentar a finales de 2012 una querella criminal a título particular contra los tuiteros por los reiterados «insultos, calumnias, amenazas de muerte y delitos contra la integridad moral» recibidos desde que tomó posesión de su actual cargo.