El PP busca el voto útil como «única alternativa» al PSOE

En todo caso, es Pablo Casado el que sigue viendo posible no solo superar los 100 diputados, sino ganar al PSOE. La clave está, como casi siempre en las elecciones generales, en el centro. «Estamos recuperando el centro político y eso se traduce en una subida exponencial de escaños», comenta un dirigente del PP.

El viaje al centro de este PP comenzó casi al día siguiente del fracaso electoral del 28 de abril. Los barones criticaron con dureza la campaña electoral, marcada por la dureza y por las subidas de tono, con mensajes y guiños continuos dirigidos al votante situado más a la derecha, para frenar la fuga hacia Vox, una auténtica sangría. En esa campaña, el PP sufrió en toda su crudeza la fragmentación de voto en el centro-derecha, y a punto estuvo de perder la hegemonía en ese espacio, con un Ciudadanos que le pisó los talones en las urnas.

Los barones reclamaron a Casado que girara al centro con urgencia, que abriera el partido y que equilibrara los pesos internos, inclinados hasta entonces claramente hacia el aznarismo. El fichaje de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz en el Congreso fue mal recibido por muchos sectores dentro del PP, que veían otra vuelta de tuerca en la derechización del partido.

Casado escuchó a todos, tomó buena nota y empezó a tomar decisiones. En pleno verano, convocó a los suyos en Génova y defendió la «centralidad y la moderación» del PP. Fueron palabras que se transformaron en hechos, con discursos más contenidos, en tono moderado, sin estridencias, y sin querer competir ya con Vox por la derecha. El objetivo fue reconquistar el centro.

La elaboración de las listas electorales permitió a Casado reforzar ese mensaje de «centralidad» y de ampliación de equipos. En la lista de Madrid, situó como número dos a Ana Pastor , de la máxima confianza de Rajoy, e incluyó entre los cinco primeros puestos a otras dos exministras, Isabel García Tejerina y Elvira Rodríguez , de las etapas de Rajoy y Aznar en el Gobierno. Casado quería que se viese bien claro que el PP tiene «equipo y experiencia» para hacer frente a una crisis económica y otra territorial.

Al mismo tiempo, el PP planteó a Ciudadanos la posibilidad de ir juntos a unas elecciones con la fórmula España Suma . El rechazo frontal del partido de Rivera sirvió a Casado para pedir después a los electores la unidad de voto que había despreciado Ciudadanos, como única manera de vencer a Sánchez en las urnas.

A partir de ahí, el líder del PP se volcó en presentar las elecciones como cosa de dos:o gana Sánchez y sigue el bloqueo en España , o gana Casado y «hay desbloqueo al día siguiente». Sus pactos durante el verano con Ciudadanos y Vox en varias comunidades y ayuntamientos le avalaban.

Esta segunda oportunidad que le ha llegado a Casado en pocos meses ha vuelto a ilusionar a un partido que estaba moralmente hundido tras el 28 de abril. La movilización del centro-derecha es un hecho, que contrasta con una mayor pasividad de la izquierda, desencantada por la incapacidad de sus partidos de llegar a pactos de Gobierno, pese a tener los votos para ello.

En este inicio de campaña, el PP espera consolidar ese centro reconquistado, pero ha empezado a mirar a los votantes que siguen recalando de manera masiva en Vox. Así, Casado busca el equilibrio entre su tono moderado y la contundencia de sus mensajes, como se comprobó ayer en el Foro ABC . El líder del PP reforzó su discurso y sus ataques contra Sánchez. Y sobre todo hizo un llamamiento a los votantes de centro-derecha para recordarles que la «única alternativa» a Sánchez es el Partido Popular.

El equipo de campaña del PP se volcará en Madrid , donde puede volver a ser primera fuerza, y espera mejorar de forma sustancial su resultado en Cataluña y en el País Vasco . En esta última se quedó a cero en abril. Además, el PP se centrará en provincias pequeñas, donde la división del centro-derecha es más dañina.