Nasío pa encajar encuestas

Albert Rivera durante su discurso en el Foro ABC EFE

Demasiados hombres. En general y de Ciudadanos para acompañar a Albert Rivera en el Foro ABC . Pesos pesados del partido. De Villegas a Aguado, de Garicano a Edmundo Bal, de Girauta a Marcos de Quinto. Me pasó con Cocacolo, el número dos por Madrid ... de Ciudadanos, lo que a Mariano Rajoy con Macron la primera vez que lo vio («Qué bajito es»). Pesas pesadas había alguna. Lorena Roldán o Marta Rivera de la Cruz. «Aquí la folclórica», me dijo la consejera de Cultura madrileña. Había bromeado yo en una columna con la camiseta de Liberales Ibéricos que Rivera y ella, entre otros, se habían puesto como respuesta a que Sánchez los llamara así. Bromeaba con que podían haber retado a Sánchez a un partido como el de Folclóricas contra Finolis, que fue el mismo año que la película «Las Ibéricas F.C.» (1971).

Quien no vino fue Inés Arrimadas. Ooooooh. Con lo que nos gusta un embarazo (si es de otra). A su partido le gusta tanto que colocó una pancarta gigante en la sede nacional. «Felicidades, Inés», se leía encima de otra de «España en marcha». Le preguntaron a Rivera si con eso había metido el embarazo en campaña. Pero si ya se sabe, qué más da. Girauta era de los pocos sin corbata. Vidal Quadras dice que va a echarle una mano en Toledo. Con esta legislatura mínima, los diputados de Ciudadanos (y los de otros partidos, claro) tienen que volver a la casilla de salida . Y ahora, una campaña corta (pero, vaya, como si la campaña se hiciera sólo en campaña). Si tiene razón Rivera en que acortarla es la mejor decisión que han tomado en el Congreso.

Roberto Hernández es el ocho por Madrid. Podría ser el ocho por Inverness, llamarse McGregor y llevar kilt, además de su barba pelirroja. Eso ya lo tiene. Y habla alemán, inglés, francés y portugués. Soraya Mayo es la número uno por Valladolid. Qué cosas que les diera en Valladolid por poner Soraya a las niñas. Sí, ya sé que la razón es la princesa de los ojos tristes, emperatriz persa repudiada. Pero llamarte Soraya, ser de Valladolid y ser política es más común de lo normal . Aunque Soraya Mayo es de León. Mira, como Zapatero. A ver si vuelven al Congreso, sobre todo teniendo en cuenta esas encuestas que mandan a Ciudadanos al Averno. Pero como dijo Rivera, las suyas son mejores («tampoco era difícil»). Y remató: «Yo nací contra las encuestas». Y como es optimista por naturaleza, piensa que hay un 35% de votantes indecisos, que todavía queda la campaña y que quedan los debates. «Lo único que existe es el trabajo». Apela a votar con ganas, no con calculadora. «Cuando no votan los moderados, ganan los radicales».

Con su sobrio traje azul oscuro es más fácil ir de estadista, y no con los trajes de primera comunión que se ponía al principio. Un principio que no está tan lejos en la política nacional. «Muchos estarán hartos de mí y pensarán que llevo 50 años, pero recibí el acta de diputado en enero de 2016» . Dice cosas grandes como: «No me metí en esto para tener un escaño, me metí para cambiar España». Tiene tres intenciones. Si le dejan («Si nos dejan», podría cantar como José Alfredo Jiménez): desbloquear España, hacer reformas y aplicar la Constitución. Las reformas son diez. Una, natalidad y familia («Nacen 1,2 hijos. Si los niños pueden ser decimales». Los niños pueden ser lo que quieran, dice la educación para la fracasología). Dos, la Educación. Tres, el maiquelyason. Vale, no. Tres, la Sanidad. Cuatro, un pacto nacional contra la despoblación. Cinco, regeneración y lucha contra la corrupción (aquí citó a la sabia Lastra cuando expresó con todo su cuajo: «Ahora dicen que copiar 500 palabras es plagio»). Seis, política fiscal moderada. Siete, pensiones (se detuvo en «la semana fantástica de Franco». Y mientras, la hucha de las pensiones, vacía). Ocho, lucha contra la precariedad. Esta me gusta porque parece la contraseña del anuncio de Licor 43: guerra a la vulgaridad. Nueve, ley electoral, y diez, España. Que qué es esto de que haya españoles de primera y de segunda, que hay que volver a encajar España.

Aunque suelte cosas como «niego la mayor» y «hoja de ruta», también se comprometió a formar Gobierno llamando a Casado. Hombre, sí es optimista. Y si está en la oposición se compromete con España. Que desde la oposición estará dispuesto a desbloquear el país y ser valiente. Y su parte de generosidad sería desde la oposición, no en el Gobierno con Pedro Sánchez.

Quizá volviendo a las agoreras encuestas proclamó: «Me gusta más la ambición que la resignación. Pero no para ir en helicóptero o para cambiar el colchón. Para gobernar» . Que ha nacido para esto, que está acostumbrado a encajar (¿otra vez las encuestas?). «Nasío pa encajar», como si se lo hubiera escrito Ivà. También que el día más importante es el 11 de noviembre. Que viene a ser el día de san Martín. A ver a quién le llega.

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