Albert Rivera, en el Foro ABC: «Hay una España silenciada por el ruido del nacionalismo»

Rivera, que lleva alertando más de una década contra el auge del otrora nacionalismo, ahora independentismo descarado, ha reiterado su apuesta por aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña para cesar a Quim Torra , señalado por Cs como el «problema» de su comunidad autónoma.

Sin embargo, el líder de los liberales es consciente de que esto no es suficiente y ha pedido mirar al futuro y emprender las reformas necesarias para sepultar cuarenta años de hegemonía nacionalista. «Quiero escuchar a todos los españoles que viven silenciados. Hay una España silenciada por el ruido del nacionalismo », ha aseverado Rivera, que ha reclamado un pacto en el constitucionalismo para poner el protagonismo «en los débiles, los agraviados».

El líder de la que ahora es tercera fuerza política, a la que los sondeos auguran una fuerte caída, ha optado por destacar la part de su discurso que más pone el foco en el reformismo económico e institucional.

Por ello, se ha vuelto a comprometer con promover un «gran acuerdo nacional» con populares y socialistas, aunque ha dejado claro que su primera opción sigue siendo formar un gobierno de coalición con el PP. En caso contrario, esta vez, Cs tenderá la mano al PSOE para que rectifique y se acerque al PP y a Cs. Lo hará desde el mismo 11 de noviembre, ha dicho, pero también ha apuntado que considera que él y Pablo Casado encarnan una «mejor opción» para encabezar un gobierno «centrado, moderado y reformista».

Con un presidente autonómico que «corta carreteras en vez de inaugurarlas» nada se puede hacer, dice Rivera, motivo por el que no ve un camino hacia la convivencia con él al frente de la región en la que nació su partido. «Para encajar Cataluña hemos desencajado toda España», ha continuado, y ha reivindicado como la gran reforma pendiente de España «la igualdad y la unidad» entre españoles.

«La revolución que nos espera es la revolución de la igualdad. No soy sospechoso de ser comunista, estén ustedes tranquilo», ha ironizado, con gran hincapié en su discurso en el combate al nacionalismo.

Albert Rivera ha dejado claro que su apuesta es un Gobierno con el PP. Pero la consecuencia del anuncio que hizo hace varias semanas es que "donde está mi parte de generosidad" es que si es oposición se sentará a "hablar con un Gobierno que no sea de mi partido".

Rivera ha señalado que el reto de estas elecciones es "que el PSOE pierda escaños". Y que esto derive en que "pase a la oposición o que no hay suma alternativa distinta a los constitucionalistas". Es decir, o que haya Gobierno Casado-Rivera, o que Sánchez tenga que buscar forzosamente el apoyo de PP y Ciudadanos.

Tras el cambio que el PSOE ha propiciado en su programa electoral, Rivera ha puesto en el centro su tradicional animadversión con el PSC, que en gran parte es causa fundacional de Ciudadanos. El presidente de Ciudadanos ha dicho constatar que "Iceta manda en todo el PSOE".

Rivera se ha comprometido a formar Gobierno "en un mes" si dan los números para que pueda gobernar con el PP, pero que si los españoles eligen a Pedro Sánchez contribuirá al desbloqueo, pero dejando claro que tendrá unas líneas rojas que pasan fundamentalmente porque los socialistas cambien su enfoque y relación hacia los partidos nacionalistas: "Estaré dispuesto para ser valiente, no para ser cobarde". Rivera ha considerado que "si consideras a Quim Torra tu socio y a PP y Ciudadanos tus enemigos esta´a cometiendo un error histórico".

Su discurso ha vuelto a poner en el centro la gestión de PP y PSOE durante 40 años respecto al nacionalismo catalán, cuestionando especialmente a los partidos de izquierda como promotores de la desigualdad territorial: "A los chantajistas no se les acepta el reto, a los chantajistas se les derrota".