Feijóo, el triunfo de la moderación

Feijóo sale fortalecido no solo como barón autonómico, sino como líder nacional. Su influencia interna en el PP se hace cada día más evidente, y durante la campaña no se ha privado de poner deberes al Gobierno de Sánchez e Iglesias para el conjunto de los españoles. En la recta final de la carrera hacia las urnas dejó ver su intención de que este sea su último mandato en Galicia, y los rumores sobre su salto a la política nacional se volvieron insistentes. Unos rumores que le persiguen desde que por primera vez, en 2009, ganó la presidencia de la Xunta. Él lo lleva con paciencia, dejándose querer, pero insistiendo en que Galicia está por delante de los intereses de su partido. Reconoce, eso sí, que en 2018 tuvo una oportunidad para dar el salto, pero los tiempos no ayudaron: «Ese tren pasó y ya se dirige en otras direcciones».

La cuarta mayoría absoluta consecutiva ha situado a Feijóo como un caso digno de estudio no solo en España, sino en toda Europa, donde las crisis, en plural, de la última década han pasado factura a todos los gobiernos, sin piedad. Pero el político de Os Peares no solo ha aguantado, sino que se ha hecho fuerte con una gestión, que incluso fue reconocida por La Moncloa durante la pandemia .

Feijóo no partía de cero para hacer frente a la peor crisis sanitaria en cien años. Tenía a su favor la experiencia como presidente del Insalud en los tiempos de Aznar en el Gobierno. Ese puesto le marcó de forma profunda, y confiesa que gracias a ese trabajo pudo afrontar con mejores garantías esta crisis. Feijóo entró en la estructura del Gobierno de Aznar en 1996, de la mano de uno de sus mentores políticos, José Manuel Romay Beccaría, quien, reconoce, le enseñó que en política también se puede ser un caballero. Con Romay Beccaría había estado antes en la Xunta, como secretario general en Sanidad. En los gobiernos de Aznar también dirigió Correos, hasta 2003, año en el que volvió a Galicia, con Fraga en la Xunta, a quien sustituyó a partir de 2006 al frente del PP. Cuando acabe el nuevo mandato, tendrá la misma edad que Fraga cuando llegó a la Xunta. ¿Quién habla de final?