Claves de las elecciones catalanas 14-F: entre el bucle y el cambio bajo la sombra del virus

La pandemia puede tener unas consencuencias electorales imprevisibles en un contexto de enorme fragmentación

Qué partidos se presentan a las elecciones en Cataluña

El «efecto Illa», el asalto final Puigdemont-Junqueras o la irrupción de Vox, entre las incógnitas del domingo

Resultados de las Elecciones Cataluña 14F | Últimas noticias de la jornada electoral catalana en directo

Un operario prepara las urnas del 14-F REUTERS

Miquel Vera

Los catalanes acudirán este domingo a las urnas en unas elecciones precipitadas por la inhabilitación de Quim Torra el pasado mes de septiembre. Con su voto, los electores tienen dos opciones, perseverar en el proceso independentista o pasar página. Con todo, los ... comicios tienen de trasfondo otros muchos elementos que van de los efectos políticos de la pandemia al impacto electoral del regreso a Cataluña del exministro Salvador Illa como, pasando por la pugna por la primacía en la derecha o el resultado del asalto final entre Junqueras y Puigdemont.

El impacto de la pandemia

La pandemia de coronavirus ha tenido un colosal impacto sanitario y económico en Cataluña como en el resto del planeta, no obstante, está por ver si la crisis afectará también el comportamiento político de los catalanes. Algunas pistas. El pasado mes de julio el CEO (equivalente catalán del CIS) publicó una encuesta en la que ya se percibía una cierto efecto en la afección popular al proyecto soberanista. Así, el número de entrevistados que consideraban que la relación entre Cataluña y España era el primer problema de la comunidad había caído notablemente, pasando del primer al tercer lugar (del 24,3 al 14,3%) en un podio en el que se disparó la preocupación por la salud (cuestión que pasó del cuarto al primer lugar). En la anterior oleada del CEO la sanidad era importante para el 6,2% de los catalanes, en verano lo era ya para el 29,4%.

El cambio de prioridades que esbozaba esta encuesta del CEO podría tener repercusión en las urnas, aunque por el momento su principal efecto es una desafección importante hacia los partidos políticos. Así las cosas, el 45,5% de los entrevistados reconocía en julio que ninguna formación estaba capacitada para dar una buena respuesta a sus problemas. Desde el punto de vista electoral, ello podría perjudicar tanto a ERC y Junts como al PSC y a los comunes por sus responsabilidades en la gestión de la pandemia desde la Generalitat y el Gobierno, respectivamente.

¿Participación a la baja?

La participación es otro de los factores ambientales a tener en cuenta este 14-F . Se da por hecho que una baja participación beneficiará a las opciones más radicales (principalmente a Vox y a la CUP), ya que tienen un electorado más movilizado . Que los colegios y centros de votación no se muestren llenos también podría beneficiar al independentismo, que tradicionalmente participa más en cualquier cita electoral y especialmente en las elecciones autonómicas. Con este panorama, todos los partidos han hecho esta campaña insistentes llamamientos a evitar la abstención. Antes, se desempeñaron también a fondo en la promoción del voto por correo, que ha crecido un 180% en comparación con las elecciones catalanas de 2017.

Pulso Junqueras-Puigdemont

Los dos grandes partidos independentistas (Junts y ERC) han protagonizado una lucha fratricida a lo largo de los últimos años. Así, las elecciones del próximo domingo son interpretadas como el 'asalto final' entre dos hiperlideragzos , el de Carles Puigdemont y el de Oriol Junqueras. En estos momentos algunas encuestas señalan una ligera ventaja para los neoconvergentes, aunque los republicanos les siguen de cerca. En caso de victoria y acuerdo «indepe» los precedentes señalan que el partido con más escaños tendría más opciones de ostentar la presidencia de la Generalitat, mientras que el segundo debería conformarse con la del Parlament y varias consejerías. Más allá de la competencia entre Junts y ERC, las elecciones del 14-F pueden confirmar otra tendencia: la tendencia a la fragmentación del voto secesionista. En estos momentos es casi seguro que habrá tres partidos independentistas en futuro Parlament ( Junts, Esquerra y la CUP ) se les podría sumar también el PDECat, formación que reivindica sin tapujos el legado de Convergència y que aspira a «centrar» el debate soberanista reduciendo la influencia de los antisistema.

El efecto Illa

Los socialistas encendieron la mecha de las elecciones catalanas del domingo con un golpe de efecto: el «fichaje» de Salvador Illa como candidato del PSC en sustitución de Miquel Iceta . El anuncio, conocido el pasado 30 de diciembre, generó una oleada de optimismo en los socialistas catalanes -que llegó a calificarse de «efecto Illa»- pero que se ha ido desvaneciendo con el paso de las semanas. Con todo, la candidatura del exministro de Sanidad es, sin duda, uno de los elementos disruptivos que puede transformar el panorama político catalán tras el 14-F. En estos momentos, las encuestas le otorgan la posibilidad de sumar unos 30 escaños y precipitar un triple empate junto a Junts y ERC de consecuencias imprevisibles. El regreso de Illa a la política catalana también aumenta la exposición del gobierno de Pedro Sánchez ante los comicios catalanes, ya que el PSOE ha puesto al ministro socialista con mayor exposición mediática y política durante de la pandemia en el centro del tablero catalán.

La irrupción de Vox

Vox se presenta por primera vez a las elecciones catalanas con una candidatura encabezada por Ignacio Garriga, actualmente portavoz adjunto de la formación de Santiago Abascal en el Congreso de los Diputados. Las encuestas dan unas buenas perfectivas para Vox, que ha desarrollado una campaña polémica marcada por los choques con el independentismo, que ha tratado de boicotearles varios de sus actos electorales. La irrupción de Vox también puede transformar el reparto de fuerzas dentro del constitucionalismo de derechas en Cataluña, liderado hasta ahora por Ciudadanos (que obtuvo 36 diputados en 2017). El PP, liderado por Alejandro Fernández , ha tratado de diferenciarse a lo largo de la campaña del «populismo» que ven en los de Abascal, mientras que los de Inés Arrimadas intentarán retener sus votantes de hace tres años aunque los sondeos les auguran una estrepitosa caída.

Entre el bucle y el cambio

Más allá de todas las incógnitas, las elecciones del 14-F serán un plebiscito entre bucle y cambio. Por una parte, los independentistas prometen seguir ahondando en su propuesta de los últimos años con nuevos señuelos, entre ellos, lograr una «amnistía» para los presos del 1-O. De forma más o menos difusa, Junts, ERC, la CUP y el PDECat siguen prometiendo referéndums de independencia, confrontación con el Estado y desobediencia a la Justicia. Por su parte, partidos como el PSC o los comunes apuestan por «apaciguar» el «procés» para pasar página y centrar el debate en la crisis social y económica causada por el coronavirus. Ciudadanos, PP y Vox , a su vez, ofrecen una agenda más combativa para desmontar las estructuras y el discurso nacionalista hegemónico los últimos años.

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