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El legado de Obama: claroscuros de una gestión marcada por la crisis

Recuperó una economía muy deteriorada y protagonizó importantes cambios sociales, aunque el enfrentamiento racial no ha menguado

Con una alta popularidad, equiparable a las de Reagan y Bill Clinton, el presidente saliente ha lidiado mejor los retos domésticos

Deja el desempleo en mínimos, pero también una preocupante herencia exterior: la propagación de Daesh y la guerra de Siria, que no supo frenar

MANUEL ERICE

No hay presidente de Estados Unidos, especialmente aquellos que han extendido su mandado hasta el máximo legal de ocho años, que no se preocupe por su legado, por la obra que deja a Estados Unidos y al mundo y por el lugar que ocupará en ... la Historia. Barack Obama no es una excepción. En su último año, en el que ha combatido con ahínco la imagen de inutilidad de «lame duck» («pato cojo») que transmite el mandatario estadounidense saliente, atado de pies y manos al no ser reelegible, Obama ha protagonizado una intensa actividad internacional. Con acuerdos que sólo el tiempo dirá si han sido exitosos o supondrán nuevos quebraderos de cabeza para su sucesor o sucesora, Donald Trump o Hillary Clinton . Pero el grueso de las transformaciones que ha impulsado y los aciertos y fracasos de su gestión en el Despacho Oval se podía resumir ya en gran medida por el fruto de los siete años anteriores, desde que en enero de 2009, en una imagen sin precedentes, tomara posesión el primer presidente negro de Estados Unidos. ¿Qué queda de la corriente renovadora y de ilusión que se generó entonces? ¿Qué han significado estos años de obamismo y de cambio, no siempre fácil por su abierta pugna con un Congreso la mayor parte de ese tiempo de mayoría republicana?

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