La vivienda se encarece un 12,8% en verano, la mayor alza en 18 años

Por aquel entonces, España estaba inmersa en una burbuja inmobiliaria, la construcción trabajaba a destajo y el crédito fluía, con los bancos ofreciendo préstamos hasta por el 100% del valor de los inmuebles. El caso es que dieciocho años después la fotografía es bien distinta, con el sector de la construcción incapacitado para suplir una demanda que el Banco de España cifra en 700.000 casas y las entidades bancarias financiando como máximo el 80% de las compras, obligando al ahorro privado a acomodarse a unos precios que ya superan en un 30% los máximos de 2007.

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Desde el verano de 2015 el encarecimiento ya supera el 80%, un alza que se concentra especialmente en los años en que Pedro Sánchez ha estado en la Moncloa. Exactamente, desde junio de 2018 los inmuebles en España son un 60% más caros.

A la luz del estado de las cosas, no hay motivos para pensar que el mercado inmobiliario vaya a dar una tregua en mucho tiempo. De hecho, en julio y agosto las estadísticas de compraventa tanto del INE como del Consejo General del Notariado (CGN) mandaron una señal preocupante al anotarse descensos que, en un contexto de oferta asfixiada, insinúan que el mercado está saturado. Bien es cierto que parte de esta moderación en el ritmo de compraventas se explica por el agotamiento del 'rally' que siguió a la relajación de la política monetaria que empezó a aplicar el Banco Central Europeo (BCE) hace algo más de un año, pero es imposible no llegar a la conclusión de que también se compra menos porque no hay oferta, o al menos así lo quisieron ver algunos expertos consultados por ABC.

Y el precio sube. Entre julio y septiembre lo hizo más el de las viviendas usadas que el de las nuevas. En el primer caso el alza interanual fue del 13,4%, 0,6 puntos superior a la registrada en el anterior trimestre. Y en el segundo, del 9,7%, un dato 2,4 puntos inferior al de abril-junio. Aun así, si se toma el resultado acumulado el encarecimiento de la vivienda nueva es muy superior, de más de un 100% en una década, mientras las casas de segunda mano se han encarecido un 79%.