el quinto en discordia
No lo puede alargar mucho
Pedro Sánchez tiene un brazo atado a la espalda y puede que de este ciclo electoral salga con las dos. Sin presupuestos y con un congreso irreconciliable, no puede llegar muy lejos.
Primeros indicios de divergencia en la política monetaria
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Iniciar sesiónEl presidente del Gobierno no para en los últimos días. Ha desplegado una actividad casi frenética con el único fin de hacer como que hace. La realidad es bien distinta. Puede hacer entre poco y nada. Lo mismo da que sea política internacional que ... un encuentro en La Moncloa con empresarios del sector inmobiliario. Todo por evitar que se note que no puede gobernar. De momento tiene un brazo atado a la espalda y puede que de este ciclo electoral salga con las dos. En cualquier caso no va a poder alargarlo mucho. Sin presupuestos y con un congreso irreconciliable, Sánchez no puede llegar muy lejos.
El haber salido de otros atolladeros (casi) imposibles probablemente sea lo que le está dando fuerzas para seguir. Y es lo que alimenta su leyenda. Pero tampoco quiere decir mucho. La suerte te puede sonreír varias veces seguidas -y es cierto que tienes que estar ahí para recoger los frutos- pero llega el día que no. Y de la noche a la mañana descubres que eres como los demás, humano, simplemente humano. Siempre es duro, esta vez probablemente lo sea más.
Es un pato cojo que se sigue creyendo un tigre. Los que saben de la cosa política no terminan de ponerse de acuerdo en como va a ser el desenlace -aunque tiene visos de ser dramático-. Entretanto en lo económico va seguir influyendo, como hasta ahora, lo justo, lo que desde luego no está mal.
Se debate, además, como hemos visto estos días, entre dar titulares para la parte más escorada de su parroquia o tratar de sacar adelante iniciativas que pueden ser efectivas -como tratar de agilizar los trámites en la promoción inmobiliaria- pero en las que no va a encontrar el respaldo de sus compañeros de viaje. Un dilema en cualquier caso que tiene las patas muy cortas porque todo es fuego de artificio.
Como demuestran los últimos meses la ausencia de gobierno en lo económico no es necesariamente malo, todo lo contrario. La incapacidad de legislar reduce el riesgo regulatorio y deja que los «animal spirits» levanten el vuelo porque entre otras cosas el desenlace es solo cuestión de tiempo.
La economía no va a sacar a Sánchez de la Moncloa. Pero desde luego tampoco va a ser lo que le mantenga. La suerte está echada y aunque probablemente él todavía no lo sepa sus días están contados en la política nacional. Y se nota.
Depende de los datos, no de la Fed
En sus discurso de la semana pasada, la presidenta del Banco Central Europeo enfatizó que no dependen tanto de lo que haga la Reserva Federal sino de los datos que se vayan conociendo sobre la evolución de la economía y los precios en Europa. Van a bajar tipos en junio independientemente de lo que haga la Fed.
Los americanos cada vez tienen más difícil bajar los tipos en verano. La economía está aguantando mucho mejor de lo que nadie preveía -hemos pasado de un escenario de aterrizaje suave a que no haya ningun tipo de aterrizaje- y los precios tampoco terminan de embridarse. Sin embargo en Europa, los países del norte con Alemania a la cabeza aunque empiezan a levantar el vuelo se han dejado muchos pelos en la gatera en este ciclo. Y aunque los países del sur estén aguantando mejor, con la inflación acercándose al objetivo, van a empezar a bajar tipos en cuanto puedan.
Probablemente van a bajar menos de lo que se esperaba hace unos meses y los tipos se van a terminar estabilizando por encima de lo que pensábamos pero sin duda el BCE va a liderar el movimiento.
La posible debilidad del euro puede traducirse en repuntes de la inflación por mayor precio de las materias primas referenciadas al dólar, pero Lagarde ya ha advertido de que están preparados para convivir con cierta volatilidad en la evolución de los precios a futuro.
En Estados Unidos, el año electoral hace que la ventana para recortar tipos sea más pequeña y aunque terminen bajando algo este año va a ser bastante menos de lo esperado.
En la zona euro son precisamente los países que mejor lo están haciendo los que más se beneficien de las bajadas de tipos porque frente a los problemas más estructurales de los países del norte, estas economías tienen ahora el viento de cola. Probablemente este escenario acabe desembocando en algo que ya hemos vivido: tipos de interés reales distintos en los países de la Unión Monetaria. Tipos reales negativos en los pásese meridionales lo que como nos demuestra la historia es gasolina para el ladrillo.
La macro está discurriendo por derroteros completamente distintos a los que hasta hace poco ha sido la norma con consecuencias más palpables en Europa que en Estados Unidos. Por fin parece, ya le tocaba, que la española es de las economías claramente beneficiarias de las nuevas dinámicas que están emergiendo.
El mercado con orejeras
Aunque siempre se ha dicho que el mercado es una máquina de descontar el futuro, lo que está demostrando últimamente es que se mueve exclusivamente por el corto plazo. En los últimos años hay infinidad de ejemplos. Solamente en los últimos días hemos visto bruscos movimientos de ida y vuelta en el mismo día del precio de los distintos activos por titulares macro. Y aunque lógicamente hay circunstancias que sí pueden mover el mercado, no se puede justificar cambios tan notables en los precios prácticamente a diario.
Probablemente es algo que se retroalimente y el propio corto plazo llame a un todavía mayor corto plazo, pero eso desde luego lo que no hace es que esos movimientos tengan más sentido sino todo lo contrario mucho menos.
El cortoplacismo rampante acentúa las ineficiencias en un mercado ya de por si ineficiente. Lo que entendiéndolo, deja de ser un problema para convertirse en una oportunidad para quien no se deje llevar por la manada de borregos que es una imagen muy acertada del mercado. Una oveja sigue a la de delante sin preguntarse porque se encamine donde se encamine. Básicamente porque es lo fácil. Lo dificil es cuestionarse la razón detrás de ese movimiento.
El mercado es como es. Se le puede querer pero desde luego no entender. Y mucho menos en las reacciones del día a día, porque es donde las ineficiencias son más evidentes. Lo más difícil es tener la paciencia suficiente para que enderece su rumbo y vuelva a la vereda correcta. Hay distintas formas para conseguirlo pero ninguna pasa por tratar de comprender lo que pasa a diario.
Son muchas cosas las que se nos escapan y más en la era del apogeo de la gestión pasiva y el auge de los algoritmos. En estos días que estamos celebrando el tercer centenario del nacimiento de Kant se puede encontrar algo de refugio en su definición de inteligencia: la capacidad de convivir con la incertidumbre. Las ovejas negras tienen mucho de eso.
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