Los efectos no deseados del #MeToo

Así lo reseña en su trabajo 'The Unintended Consequences of #MeToo: Evidence from Research Collaborations'. Gertsberg, que está especializada en cuestiones de género y sesgos conductuales, centró su trabajo en los costes de colaboración. Estos son particularmente importantes para las jóvenes economistas y parte de la brecha de género en la profesión económica se debe a que las redes de ellas son más pequeñas y la colaboración con sus pares masculinos es más infrecuente.

Las jóvenes economistas emprendieron menos proyectos de investigación después del #MeToo y esta caída se explica en gran parte porque iniciaron menos trabajos en colaboración con colegas masculinos de las mismas instituciones. «Aunque el movimiento #MeToo fue importante para la toma de conciencia sobre la prevalencia del acoso sexual en el lugar de trabajo, mis resultados sugieren que también tuvo efectos importantes en los costos y beneficios de la colaboración entre hombres y mujeres», afirma la autora.

El descenso de las colaboraciones entre distintos sexos fue más acusado en aquellos centros de estudio donde se percibía un mayor riesgo de denuncias por acoso contra los hombres, el cual estaba determinado no sólo por el número real de denuncias, sino también por la ambigüedad (o discrecionalidad) de las políticas antiacoso.

Los resultados recopilados por Gerstberg indican que el movimiento social #MeToo puede asociarse con un incremento de los costes de colaboración que han desembocado en una nueva desventaja para las carreras profesionales de las investigadoras.