La fuga de trabajadores españoles al extranjero alcanza máximos de la última década

Esta circunstancia está creciendo en los últimos años: la fuga de españoles en edad de trabajar repuntó en el pasado ejercicio hasta máximos de la ultima década, según advierte un informe publicado en el día de ayer por la Fundación BBVA y el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie). Concretamente, en base a los flujos registrados en los primeros seis meses de 2022, los autores del estudio proyectan una salida de hasta 426.000 españoles en el conjunto del pasado ejercicio, lo que supone el nivel más alto de la última década. Hay que remontarse a 2013 para observar una mayor salida de población, cuando ascendió a 532.000 personas, y entonces se estaban experimentando los coletazos de la gran crisis financiera. Respecto al año anterior, los desplazamiento al extranjero repuntaron un 12% durante 2022.

Sin embargo, para afinar el impacto macroeconómico en términos de pérdida de capital humano por un lado y de margen de mejora de la productividad por otro, resulta especialmente relevante cuántos de estas personas que marchan al exterior están en edad de trabajar. El resultado es correlativo con el saldo general de población: en 2022 abandonaron nuestro país 376.000 personas en edad de trabajar, también la cifra más alta desde el 2013 -cuando salieron 476.000 personas mayores de 16 años-. Los expertos advierten que esta magnitud resulta atípica y «se asemeja a las cifras habituales en periodos previos de crisis y aumento del desempleo en la economía española».

Es en este punto en que los expertos tratan de aterrizar cuál es el coste para el país en términos económicos de estas salidas de personas en edad de trabajar, y por tanto aportar a la productividad del país. El estudio estima el valor del capital humano midiendo su contribución a la producción presente y futura, esto es, el valor presente de las rentas brutas laborales totales esperadas de la población en edad de trabajar a lo largo del resto de su vida. «El valor del capital humano depende, por tanto, de las tasas de actividad, las tasas de paro y la productividad del trabajo a lo largo de la vida, de la esperanza de vida de los individuos y de todos los factores que influyen en esos ámbitos, como los niveles de formación o la experiencia laboral», explican los expertos.

Según la estimación realizada al proyectar este dato para el conjunto del año, el valor del capital humano perdido en 2022 se calcula en 154.800 millones de euros, un 40% más que en 2019, y una cifra que representa el 0,93% del valor del capital humano total de España en el ejercicio. Se muestra, por tanto, una pérdida de capital humano en tendencia creciente desde el fin de la pandemia, impulsada por la intensificación de la emigración al exterior de la población en edad de trabajar y su elevado nivel de formación. La dinámica observada resulta preocupante de cara a poder aumentar el bienestar social en un contexto de progresivo envejecimiento demográfico y con un escenario en el que se prevén descensos acumulados del valor del capital humano per cápita cercanos al 20% hasta 2050.

Acerca del perfil de estos trabajadores, en términos de formación, se observa una ligera reducción de los niveles educativos medios de los emigrantes en comparación con el periodo previo a la pandemia, con un aumento del peso del colectivo que carece de estudios de secundaria obligatoria.

Población que emigra al extranjero por edad

2008-2022 en miles de personas

De 0-16 años

Mayores de 16 años

El dato de 2022

es estimado

a partir de la

evolución del

primer semestre.

600

500

400

300

200

100

08

09

10

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

21

22

INE y Fundación BBVA / ABC

Población que emigra

al extranjero por edad

2008-2022 en miles de personas

De 0-16 años

Mayores de 16 años

100

300

600

08

09

10

11

12

13

14

15

16

17

18

19

20

El dato de 2022

es estimado

a partir de la

evolución del

primer semestre.

21

22

INE y Fundación BBVA / ABC

Sin embargo, casi la mitad de los emigrantes de 25 o más años de 2022 posee estudios superiores (30,1%) o estudios secundarios postobligatorios (18,8%), «con el consiguiente impacto positivo en sus dotaciones de capital humano, asociado a la mayor participación laboral, empleabilidad y productividad de las personas con ese nivel de formación», explica el estudio.

Concluyen los expertos que la intensificación de esta tendencia contribuye a reducir el capital humano de la economía española, «limitando su capacidad presente, y sobre todo futura, de generar riqueza», lo que a su vez condiciona la sostenibilidad de las finanzas públicas por la merma de los ingresos públicos. «Se incrementará la dificultad para mantener y continuar desarrollando el estado del bienestar, especialmente en un contexto de progresivo envejecimiento de la población que va a someter a fuertes tensiones la sostenibilidad del sistema de pensiones», advierten.

Según el informe, el destino de estos emigrantes es sobre todo la Unión Europea (38,7% del total en el primer semestre de 2022), por delante de Sudamérica (19,8%), Reino Unido (12,7%), África (9,3%), Asia (6,5%), Centro América y Caribe (5,5%), otros países europeos (4,5%), América del Norte (4,2%) y Oceanía (0,3%).

«El ritmo actual de emigración supone un lastre para la capacidad de producción futura de la economía española. Se trata de un impacto de una magnitud considerable que, en caso de no verse compensado por el valor del capital humano de los inmigrantes o el retorno futuro de parte de los emigrantes actuales, supondría una merma neta significativa del capital humano de la economía española y sus posibilidades de desarrollo», señalan los autores de estudio.