Elena Salgado: «Decidiremos sobre las subidas de impuestos este año»
Retrasar a los 67 años la edad de jubilación sigue siendo la propuesta del Gobierno para garantizar la sostenibilidad del sistema, desvela la ministra
YOLANDA GÓMEZ
Quince meses después de llegar al Ministerio de Economía y Hacienda, Elena Salgado confiesa que su peor momento fue casi al principio, cuando la cifra de parados superó los cuatro millones. El mejor, cuando España volvió a crecer, aunque pasó inadvertido. No se arrepiente de ... haber hablado de brotes verdes hace más de un año y defiende el «optimismo crítico y realista», pero optimismo, «porque el pesimismo no crea empleo».
— Pese a la creación de un fondo de rescate europeo y todas las medidas de ajuste, los mercados siguen castigando a España. ¿Qué más habrá que hacer para frenar esta sangría?
— España sigue estando en el punto de mira pero la atención se ha desplazado desde la deuda soberana hacia el sector financiero y la deuda privada. Nuestro sector de cajas está todavía en pleno proceso de reestructuración y hasta que eso no se termine y se publiquen nuestros test de estrés, hay cierta incógnita.
— En este entorno el Tesoro se enfrenta al mayor vencimiento de deuda del año, más de 20.000 millones de euros. ¿Puede haber problemas para conseguir esa financiación?
— No. En julio normalmente se hacen amortizaciones más altas porque es un mes de unos ingresos muy elevados. Es algo recurrente. En estos momentos nos estamos financiando a mínimos históricos, con una media del 3,5% y unos plazos de maduración superiores a los seis años. Y para quienes se fijan en el diferencial con la deuda alemana, incluso en los momentos más altos, sólo la mitad se debía a una subida de la rentabilidad de la deuda española.
— En los últimos días nuestros socios europeos, el FMI e incluso Obama han defendido a España ¿A qué se debe este cambio de actitud?
— Nosotros hemos dicho y hemos demostrado que nuestra prioridad es reducir el déficit. Primero aprobamos un recorte del gasto, luego las autonomías se comprometen con el objetivo de déficit y en ese momento la atención se desplaza hacia el sector financiero español. La situación cambia en el momento en el que el presidente del Gobierno ha dicho en el Consejo Europeo que estamos dispuestos a que se publiquen los test de estrés no sólo de los grandes bancos, sino también de las cajas, y por tanto se va a demostrar que las dudas sobre el sector financiero no tienen fundamento.
— ¿Hay que hacer nuevos test, o se van a publicar los que están hechos?
— Vamos a hacer nuevos test una vez que concluya la reestructuración con hipótesis bastante duras respecto al futuro, similares a las que se van a utilizar en el caso europeo. Vamos a tratar de demostrar que una vez que se hagan las inyecciones de capital del FROB esas entidades son resistentes.
— Acaban de aprobar una reforma laboral que no convence a nadie. La huelga general era casi inevitable. ¿Por qué no se optó por seguir los consejos de los economistas y aprobar un contrato único?
— El contrato único sólo habla del despido. Y nosotros hemos pretendido facilitar la contratación indefinida y preparar a la empresa para que cuando haya una situación económica adversa el despido no sea la única opción y pueda buscar una reducción de jornada, de salarios, modificación de las condiciones de trabajo, sistemas de remuneración que puedan incluso ser diferidos,... Y en el supuesto en el que haya que llegar al despido y haya razones objetivas, que ese despido sea de 20 días.
— Precisamente una de las principales críticas que se hace a la norma es que va a aumentar la litigiosidad en los tribunales al no definir las causas de este despido objetivo.
— Hay quien piensa que sería bueno enumerar todas las posibilidades y quien piensa, como nosotros, que si se enumeran todas las posibilidades seguro que se deja fuera alguna. Además, queremos que todo el coste del despido no tenga que asumirse en el momento en el que la empresa tiene dificultades. Por eso hemos planteado el modelo austriaco, donde parte de los costes del despido se van anticipando.
— Pero en el decreto finalmente no se ha incluido este modelo austriaco.
— Porque entendíamos que tiene que ser una regulación legal completa que no debía incluirse en un decreto. — Y el hecho de que ahora se tramite como proyecto de ley y pueda cambiarse, ¿no genera inseguridad?
— No. La seguridad jurídica es total. Cualquier decisión que se tome de acuerdo con lo que está escrito en este momento en el decreto ley, aunque después se cambiara, sería perfectamente legal y válida en el futuro. — Y tras la reforma laboral, el Banco de España y la CE les urgen a poner en marcha una reforma de las pensiones e incluso antes del verano. Ustedes ya plantearon a principios de año sus propuestas ¿las mantienen?
— Las propuestas del Gobierno no han cambiado. Retrasar dos años la edad de jubilación sigue siendo nuestra propuesta y decimos, además, que se estudie cómo evitar que quien se queda en desempleo en los últimos años de su vida laboral sea perjudicado en su prestación.
— ¿Y con qué urgencia debe ponerse en marcha la reforma?
— El Gobierno ha enviado la documentación al Pacto de Toledo y esperamos sus observaciones y sugerencias inmediatamente antes o inmediatamente después del periodo vacacional. A partir de ahí el Gobierno preparará un proyecto de ley.
— La oposición parece dispuesta a apoyar una reforma de las pensiones pero no a retrasar la jubilación. ¿Seguirán adelante con esta medida?
— La propuesta sigue estando ahí. Francia lo ha hecho, el Reino Unido lo ha hecho, Alemania lo ha hecho, Holanda lo ha hecho y Finlandia lo ha planteado. Y no es cuestión de quedarse descolgado. Quien no tenga problemas demográficos no tiene por qué tomar estas medidas, pero nosotros sí los tenemos.
— Y si no se toman medidas, ¿cuándo podría tener problemas el sistema?
— A partir de 2030-2035.
— También han planteado una nueva ley de cajas ¿Con qué objetivo?
— Con la reestructuración que se ha planteado de las cajas de ahorros, se atiende a las necesidades del momento actual y del futuro inmediato. Pero además creemos que las entidades financieras tienen que tener posibilidades de crecer mediante recurso al capital privado y de tener unos órganos de gobierno más profesional.
— Y con la del sector financiero ¿acaba su programa de reformas?
— Nos queda todavía la energía.
—¿Para abaratar costes?
— Nuestras empresas, sobre todo las pequeñas y medianas están pagando la energía a costes más altos que sus homólogas europeas. Y eso está haciendo que su competitividad se vea mermada. Se trata de ser más eficiente en el uso, pero también de que el coste de la energía para las empresas sea más competitivo.
— ¿Y de qué plazos estamos hablando?
— A lo largo de este año.
— El presidente del Gobierno ha descartado, por el momento, más medidas de ajuste. ¿Se acabaron los sacrificios?
— Nos falta concretar el techo de gasto para el próximo año, que incluirá un recorte de las partidas por ministerios.
— Las autonomías todavía deben concretar un ajuste de 5.000 millones. ¿Podrían poner en marcha el copago sanitario para conseguirlos?
— Las comunidades tienen autonomía financiera. Nosotros les exigimos que reduzcan el déficit y ellas pueden y deben elegir cómo hacerlo. Al igual que hemos hecho nosotros, comunidades y ayuntamientos deben pasar revista a sus inversiones, a su gasto corriente, reducir entes públicos,...
— Algunas comunidades del PSOE han anunciado subidas del IRPF a las rentas altas. ¿No están presionando al Gobierno central para que haga lo mismo?
— Se pueden subir los impuestos para obtener más ingresos y/o para aumentar la equidad del sistema fiscal. El 1 de julio va a subir el IVA y vamos a esperar hasta avanzado el año para comprobar que la recaudación se comporta como esperamos y que los ingresos son suficientes para cumplir nuestro objetivo de déficit. Si no es así, tendremos que tomar una decisión. Ahora, de momento, tenemos que ocuparnos de la segunda parte de la ecuación, la de la equidad, dando respuesta a lo que el presidente del Gobierno anticipó, que es que contribuyan más los que más tienen.
— Ese nuevo impuesto para los ricos ¿entraría en vigor el próximo año?
— En la fecha en la que estamos, estaríamos hablando razonablemente del año próximo.
— ¿Se arrepiente de haber dicho hace más de un año que había brotes verdes en la economía española?
— No. Lo dijo también el presidente Obama y la recuperación de EE.UU. tardó todavía. De hecho el PIB del trimestre siguiente ya decreció sustancialmente menos. Por tanto, ya había alguna señal de que la situación mejoraba. Que después de eso la recuperación está siendo más lenta de lo que habíamos previsto, por supuesto, que no habíamos previsto esta segunda oleada del riesgo soberano, por supuesto. El presidente siempre dice que el pesimismo no crea ningún puesto de trabajo. Yo creo que hay que tener un optimismo crítico, realista, pero desde luego optimismo.
— En la posible crisis de gobierno hay todo tipo de quinielas ¿le ha comunicado algo el presidente?
— Más importantes que los equipos son las políticas. Lo que importa ahora es nuestro deseo de superar las dificultades, nuestra convicción de que va a ser así y nuestra determinación de hacer reformas para crecer. Y no las hacemos porque estemos obligados, sino porque estamos convencidos, y ese deseo de hacer reformas es consustancial con las ideas socialistas.
— Las reformas que plantean y los sacrificios que se exigen no parecen muy en la línea socialista.
— No podemos correr el riesgo de salir de la crisis con un crecimiento lento. Y eso nos lleva a tener que concentrar y profundizar en las reformas.
—¿Creen que tendrán apoyos a los Presupuestos y terminarán la legislatura?
— Creo que serán unos buenos presupuestos, que terminaremos la legislatura y que ganaremos las elecciones.
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