Los anillos inteligentes se lanzan a conquistar el mercado de los 'wearables'
El creciente interés de las grandes marcas tecnológicas anticipa un acelerón comercial de estos dispositivos relacionados con el cuidado de la salud y los pagos
Anillos tecnológicos, la última tendencia que vas a querer llevar
Laura Sánchez
Los dispositivos 'weareables' son accesorios que podemos llevar encima (desde ropa, calzado, hasta complementos como relojes y pulseras que, además de cumplir con su función, pueden realizar tareas adicionales gracias a la tecnología y que suelen estar relacionadas con la recogida de datos o la ... transmisión de los mismos. El ejemplo más popular lo constituyen los relojes inteligentes y las pulseras de actividad, pero, desde hace algunos años, los anillos inteligentes se han sumado a esta familia de dispositivos acaparando la atención de los amantes de estos 'gadgets' por su simplicidad, elegancia y por las enormes posibilidades que ofrecen.
Según los analistas de IDC, se trata de un mercado en pleno crecimiento: «Hasta el momento el dominio era de marcas como Oura, que cuenta con un 80% de la cuota. Pero lo que está ocurriendo ahora es que marcas tecnológicas como Samsung o Tesla están incorporando anillos a sus ecosistemas de dispositivos. Ello podría impulsar el interés por este tipo de anillos que, incluso, podrían desbancar a los 'smartwatches'. De hecho, de aquí a 2028, la tasa de crecimiento anual de los anillos inteligentes podría llegar a alcanzar un 29,5%».
Entre las principales funciones que ofrecen se encuentran el poder monitorizar parámetros relacionados con la salud: calidad del sueño, frecuencia cardíaca, nivel de oxigenación en la sangre o calorías quemadas son algunos de los más frecuentes. Este es precisamente el nicho de Oura, una de las empresas líderes del mercado, cuyo anillo es líder en el ámbito de la salud. Esta startup finlandesa ha evolucionado notablemente desde que fue lanzada en 2013 con el objetivo de ofrecer todo un sistema de bienestar que cupiera en un dedo. Desde entonces, sus anillos han ido incorporando más funcionalidades para detectar parámetros relacionados con el nivel de estrés, resiliencia, salud cardiovascular o, incluso, el seguimiento del ciclo menstrual, lo que ha disparado el número de clientas: al parecer los anillos inteligentes son lo bastante sensibles para captar con precisión el descenso de la temperatura corporal basal que se produce el día anterior a la menstruación. Esta propiedad ha abierto otra funcionalidad relacionada con lo que la marca denomina 'ventana fértil', que podría facilitar la búsqueda del mejor momento para conseguir un embarazo.
La duración de la batería es otro de los aspectos en los que más tratan de avanzar los fabricantes: por ejemplo, en el caso del Oura Ring 4, la última versión de esta firma, una sola carga permite que el anillo se pueda utilizar hasta ocho días, lo que representa un aumento significativo en comparación con las opciones de autonomía de modelos anteriores.
Pero el uso de estos anillos no solo se limita al ámbito de la salud. Otras firmas ofrecen anillos inteligentes que se pueden configurar como método de autenticación permitiendo confirmar una identidad vía online, de tal manera que se pueda operar con el banco, abrir cerraduras electrónicas o, incluso, un automóvil. En otros casos, estos anillos ofrecen la funcionalidad de realizar pagos. Este último es el caso de Rikki, un anillo creado por dos emprendedoras españolas con experiencia en el sector fintech, Elena Yorda y Elena Fuenmayor, cuyo proyecto nació curiosamente de un error: «En los inicios, lanzamos una startup para el desarrollo y comercialización de pulseras para el control de acceso y el pago en recintos cerrados, en México. De este proyecto, que no arraigó, nació la idea de crear una pequeña joya que albergara un chip bancario universal para pagos, que pudiera funcionar en cualquier comercio. De ahí la idea de un anillo, discreto y que no necesita batería, que lanzamos al mercado hace ya dos años».
El modelo de negocio de Rikki se ha orientado principalmente hacia el segmento B2C o venta a cliente final a través de su página online. «Nos hemos enfocado en este modelo de negocio porque nos ofrece un ciclo de venta mucho más corto y por la posibilidad de conectar directamente con el cliente final –explican–. Fue una decisión muy acertada que nos ayudó a conocer mejor al usuario y a validar el producto y el negocio en sí. Actualmente, ya estamos abriendo la línea de negocio B2B y estamos en conversaciones con varias entidades financieras para ofrecer nuestro anillo a los clientes de estas entidades».
Algo que diferencia a este anillo español de otros es la no recolección de datos personales. Las emprendedoras afirman que esta recolección es «algo de lo que viven las grandes empresas que han lanzado los anillos de salud», explican. «Es curioso, pero, por lo general, las personas tenemos un gran recelo a la filtración de nuestros informes y diagnósticos médicos; sin embargo, sí regalamos a la ligera nuestras constantes vitales y, además, en tiempo real». Otro punto importante en la diferenciación de Rikki es su apuesta por la ecología y el comercio local –«no utilizamos plástico y empacamos el anillo con un precioso joyero de madera de olivo de nuestra costa mediterránea»– y su servicio de atención al cliente, «que recibe una altísima valoración por parte de los usuarios, por la rapidez y eficiencia del apoyo que prestamos».
Blindaje
La seguridad en este tipo de anillos de pago es crucial. En el caso de Rikki, este aspecto se basa en la tokenización, el PIN y el control por la app. «El anillo utiliza tecnología de tokenización, con lo que se evitan leer y transportar datos sensibles a través de datáfonos y redes de comunicación. Con esto la seguridad de pagos se incrementa sustancialmente –explican sus creadoras–. De cara al usuario, le permite llevar su dinero encima de una forma discreta y elegante. Además, es mucho más seguro que una tarjeta bancaria dado que no revela la numeración de las tarjetas, ni contiene datos que se pueden clonar y así sustituir el anillo como método de pago. Por otro lado, el anillo dispone de su PIN y los pagos de más de 50 euros se tienen que confirmar con este PIN. Por último, con la app de Rikki el usuario puede cambiar la tarjeta, pausar los pagos con el anillo si no lo va a usar por un tiempo o, incluso, darlo de baja si lo ha perdido o se lo han robado».
Las creadoras de Rikki trabajan en nuevas funcionalidades sin perder la esencia de lo que este tipo de anillo trata de ofrecer a la sociedad: «La necesidad que solventa es la de simplificar nuestro día a día sin ser intrusivo –comentan las emprendedoras–. Al tratarse de un artículo sin batería y sin conexión a Internet, nos permite disponer siempre de dinero y nos ofrece la posibilidad de 'acallar' el ruido constante de notificaciones, mensajes, llamadas, etc., y así poder concentrarnos en lo que realmente es importante en cada momento».
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