Los algoritmos abren la puerta a la magia del diseño de interiores

Cristina Villauriz, profesora de EMD de Herramientas Digitales, es consciente de la revolución tecnológica que se está viviendo. Asegura que en las clases «intentamos romper con los miedos y prejuicios, enseñando a la gente a pensar con la IA». Por eso le preocupa cómo se introduce esta tecnología, concretamente la IA generativa, donde la generación de imágenes con IA es la función más vistosa. «Las imágenes conquistan mucho nuestro ojo y es donde principalmente trabajamos con la escuela», resalta la también arquitecta de Interiores por la UPM.

Villauriz deja claro que el uso de la IA en interiorismo no quiere decir que haga el trabajo del profesional, sino que permite «gestionar todas las imágenes que nos saca y surtir nuestro proceso creativo». Por eso a sus alumnos les enseña «cómo funciona la tecnología, lo que desean que les saque, con un léxico apropiado, formato de imágenes que debemos trabajar, la forma, la estructura...». Para todo ello trabajan con dos programas, pero asegura que estos cambian rápidamente. «No es tan importante el programa en sí, sino que sepas cómo relacionarte con esta tecnología», subraya.

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Esta herramienta se ha colado ya en parte del proceso creativo y sustituyendo tareas mecánicas o laboriosas en los procesos de conceptualización de los proyectos. «Cabe al profesional decidir qué hace con el tiempo liberado, si pone más mimo en los encuentros con los clientes o si lo invierte en formación o temas de innovación. Cada uno pondrá el foco donde sea más necesario», resalta Villauriz.

Carlos Frejo, gerente del estudio Ideas Interiorismo, reconoce que cualquier persona que sepa utilizar la IA podría tener algunas imágenes con diferentes diseños en muy poco tiempo. «Eso se traduce en menos inversión de tiempo en la búsqueda de los ambientes que te puedan gustar y combinaciones que quieras realizar para tu nuevo espacio», resalta. Como una primera toma de contacto puede estar muy bien, pero «esto no quiere decir que el interiorista vaya a perder trabajo porque se lo quite la IA». También insiste en que se debe tener en cuenta que la IA es una máquina y «nunca va a poder plasmar a nivel personal una atmósfera o el alma de un espacio como lo podemos hacer los interioristas». Ellos son los que saben escuchar, comprender y conocer las necesidades de cada uno de sus clientes y por ello «llevaremos a cabo un proyecto con fundamento, imágenes 3D, memoria descriptiva del proyecto y planos acordes a un proyecto pensado por un profesional y que se pueda ejecutar con total garantía».

En su opinión, la IA aporta al interiorismo «rapidez para generar imágenes muy buenas que te pueden ayudar a agilizar tiempos, tener una primera impresión de hacia dónde va a ir el proyecto y, a partir de ahí, el interiorista sacará la magia y exclusividad de ese proyecto». No lo ve como una amenaza porque tanto él como sus colegas durante toda la vida «hemos tenido que reinventarnos y los interioristas con más predisposición al cambio son los que más partido le estamos sacando como herramienta complementaría a lo que hacemos en los estudios». Tal y como explica Carlos Frejo, «la IA es una herramienta más dentro de la empresa para darle lo máximo al cliente. El cliente que nos contrata busca la garantía profesional, trato, experiencia y 'know how' del interiorismo».