El Tesoro logra colocar el primer tramo del déficit de tarifa

Los inversores asiáticos, que habían manifestado su interés a las entidades colocadoras (Santander, BBVA, Goldman Sachs, Crédit Agricole, BNP Paribas y Deutsche Bank) y cuyo respaldo se juzgaba fundamental, se quedaron a las puertas de la emisión tras no poder acudir «a la apertura de las líneas de emisión» por una «restricción técnica», según indicaron fuentes del mercado.

De ese modo, la titulización se repartió en un 60% para inversores españoles y, en menor medida, de Italia (16%), Reino Unido (6,5%), Irlanda (5%), Francia (4%) y Alemania (2,5%). La mayor parte de los suscriptores de los bonos fueron gestores de fondos, entidades financieras —sobre todo internacionales— y varias aseguradoras.

Los inversores llegaron a solicitar al FADE 2.400 millones, un 20% más que la oferta presentada por el fondo. «Es un buen activo porque está avalado por el Gobierno y por el sistema tarifario español», explica Raimundo FernándezCuesta, analista de Nomura, quien recordó además que «hasta hace poco nadie esperaba este apoyo». «Ha sido un espaldarazo a las eléctricas», resumió.

La subasta impuso al emisor un precio de 80 puntos básicos por encima del tipo de referencia del Tesoro, lo que equivale a unos 290 puntos básicos sobre «swaps». Así, y al precio actual del bono español, el tipo de la emisión se fijó en torno al 4,8%.

El objetivo de estas colocaciones en los mercados es reducir el déficit de tarifa, generado porque los costes del sistema eléctrico son superiores a los ingresos. El FADE quiere celebrar emisiones de forma regular cada dos o tres meses, para no generar sobreoferta. «La emisión es una buena señal para el conjunto de la economía española. Existen rumores en el mercado sobre el hecho de que se va a poder titulizar un importe similar antes de finales de enero», destaca Francisco Rahola, socio de «Utilities» de Ernst & Young.