La salida de Grecia del euro: del «de ninguna manera» al «hay que estar preparados»
El recrudecimiento de la crisis helena ha modificado radicalmente el discurso de los organismos internacionales
L. M. O.
La permanencia de los países miembros en la zona euro, fuera cual fuera el coste, constituía una de las reglas no escritas en la Unión Europea. Cuando se le planteaba la pregunta a algún portavoz comunitario, la reacción solía ser firme, autoritaria: se recordaba que ... el Tratado de Lisboa no cuenta con mecanismos para permitir el abandono de la moneda única; que la adopción del euro era un camino que no permitía dar marcha atrás.
« Ninguna salida ni expulsión está contemplada . La participación en la zona euro es irrevocable. No hay discusión en ese sentido», zanjó Amadeu Altafaj el año pasado, en una rueda de prensa, en respuesta a las dudas sobre la continuidad de Grecia en la Eurozona.
La odisea política y económica en la que se ha embarcado el Ejecutivo heleno, que incapaz de nombrar un Gobierno de unidad nacional se ve abocado a unos nuevos comicios para el mes que viene, ha dulcificado la ortodoxia del discurso de las autoridades europeas. Aunque el responsable del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, insiste en que no ve «ni por un segundo» la posibilidad de que Grecia se aleje del euro, el propio Banco Central ha abierto la puerta a un «divorcio amistoso» . Argumento en el que parecen coincidir el ministro de finanzas alemán, Wolfang Schäuble, quien afirmó que la UE podría «soportar una salida de Grecia».
Los organismos internacionales, como el Fondo Monetario Internacional, ven improbable sortear la tormenta. La directora gerente, Christine Lagarde, ya ha admitido que hay que estar mentalizados ante la posible expulsión de Atenas de la moneda común. «No esperamos eso, pero tenemos que estar técnicamente preparados para cualquier cosa », explicó ayer, en una entrevista con el canal de televisión France 24.
Incluso, los inversores ya han acuñado un término para referirse al escenario que se abalanzará sobre los mercados ante la salida griega («grexit») , motivada por la ineficacia de los planes de rescate que se han lanzado hasta la fecha (un primer tramo cifrado en 110.000 millones de euros, que se remonta a mayo de 2010) y un nuevo plan de ayuda recientemente aprobado por importe de 130.000 millones de euros.
Divorcio forzoso
Si finalmente se opta por el «divorcio», su intensidad dependerá, en todo caso, de las fórmulas que se utilicen para articular su salida. Un paso en falso derivaría en una «crisis sistémica», que podría contagiar a las economías más débiles de la Eurozona (incluida, cómo no, España).
En un informe de Citi, recogido por Finanzas.com, se observan tres posibles caminos:
Una lenta agonía : Permitir, como hasta ahora, que Grecia siga recibiendo financiación procedente del fondo de estabilidad europeo, pese a los continuos incumplimientos en materia fiscal.
La salida ordenada del euro : Si se opta por esta alternativa, los países miembros deberían comenzar negando al Ejecutivo heleno concesiones, ligadas a los programa de ajuste fiscal ya acordados. Estas medidas debería estar respaldadas por unas medidas de política económica enérgicas para evitar el contagio a otros países.
El caos en toda Europa : El tercer de los escenarios posibles es una salida caótica del euro, sin medidas preventivas. Esto cristalizaría en la ruptura de la zona euro y en el abandono igualmente de otros estados periféricos.
Los analistas estadounidenses señalan que la opción más probable es el segundo camino, que otorga a Grecia una probabilidad de abandono del euro de entre el 50% y el 75% en los próximos 18 meses.
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