Los riesgos de una deuda que supera el 100% del PIB

La sostenibilidad de la deuda pública depende de tres factores: el nivel de endeudamiento, su coste y el ritmo de crecimiento del país. Lo cierto es que para la el consenso de los economistas, el nivel de endeudamiento ya está en niveles «preocupantes». En 2007, la deuda pública española se situaba en el 36% del PIB. Desde entonces, el endeudamiento no ha dejado de crecer año a año, pasando de los 436.984 millones de euros (el 40% del PIB en 2008) a los 1.095 millones de euros del pasado mes de marzo.

El coste es el factor que endulza la ecuación . El Tesoro público ha adjudicado en lo que va de año letras a tipo de interés negativo por 30.631 millones de euros, cuantía equivalente al 87,4% de todos los títulos soberanos a corto plazo emitidos en este 2016 y al 35,4% de las emisiones brutas que el Estado ha hecho en este ejercicio. Es decir, más de un tercio de la financiación emitida este año la ha logrado cobrando por ello .

La actual política económica puesta en marcha por el BCE está permitiendo a España aminorar la carga de intereses por la abultada deuda. Ahora bien, este es un escenario que antes o después cambiará, una vez la recuperación se haya consolidado. Por ello, los expertos aconsejan emplear el periodo de tiempo hasta que ese momento llegue en aligerar la «mochila» de cargas financieras. El volumen de intereses que habrá que pagar después será mucho mayor y podría llegar a lastrar el crecimiento económico del país.

El crecimiento que consiga el país los próximos años es, sin duda, la clave. Durante los once años que finalizaron en 2007, justo antes de que estallara la burbuja de las hipotecas «subprime» en Estados Unidos y se desencadenara después la crisis del euro, España creció a un ritmo medio del 3,6%. Los economistas aseguran que si nuestro país lograra un crecimiento medio del 3% durante la próxima década, la devolución de la deuda estaría controlada .

El problema es que no son pocas las incertidumbres que podrían lastrar el crecimiento nacional. Las tentaciones de echar por tierra los esfuerzos de contención fiscal son mayores ahora que se acercan unas nuevas elecciones . Además, el panorama internacional sigue muy convulso, con China y los países emergentes en jaque. El director de Fedea, Ángel de la Fuente, resumía recientemente la situación con la siguiente frase. «Hay que trabajar para pagar las deudas, controlar los gastos y cruzar los dedos».