La Reserva Federal vuelve a abaratar el precio del dinero ante los temores de una desaceleración global

En su conferencia de prensa, el presidente de la Fed, Jerome Powell, dijo que la bajada de tipos obedece a «la necesidad de asegurar la fortaleza de la economía ante riesgos notables» y recalcó que «la política comercial es un factor determinante que afecta negativamente al crecimiento», en referencia velada a la política arancelaria de Trump. Powell alertó de que desde la anterior bajada, en julio, «ha habido un debilitamiento de la economía en el extranjero y un aumento de las tensiones relacionadas con el comercio».

El presidente norteamericano no se dio por satisfecho y mostró una profunda decepción, después de sus repetidas presiones para que la Fed bajara los tipos de forma mucho más agresiva. «Powell y la Reserva Federal fracasan de nuevo. No tienen agallas, no tienen propósito, no tienen una visión de futuro. Y él es un comunicador nefasto», dijo el presidente, que se hallaba de viaje en California, en la red social Twitter.

Estas dos tandas sucesivas de bajada de tipos son las primeras desde la recesión que vivió EE.UU. en 2008 y llegan después de 11 años de crecimiento económico y con unas cifras de desempleo prácticamente estructurales. A lo largo del verano Trump ha exigido en varias comunicaciones a la prensa y en las redes sociales una bajada dramática para dejar los tipos en el entorno del 0%, sobre todo dado el hecho de que otras potencias económicas como Alemania los tienen en terreno negativo.

En la nota en que la Fed anunció la bajada hay indicios para pensar que no habrá una nueva bajada en las reuniones de octubre o diciembre, ya que «el mercado laboral sigue siendo fuerte y la actividad económica ha aumentado a un ritmo moderado. El aumento de empleo ha sido sólido y la tasa de desempleo se ha mantenido baja», según e comunicado. Aunque el gasto de los hogares aumenta a un ritmo acelerado, «la inversión y las exportaciones de las empresas se han debilitado», asegura la Fed.

Existe sin embargo división en el seno de este banco central sobre las previsiones económicas y la política monetaria necesaria para enfrentarse a ellas. Según las minutas de la reunión, de los 17 miembros del consejo de la Reserva que deciden sobre tipos, siete creen necesaria una nueva bajada este año , para dejarlos en la horquilla del 1,5% al 1,75%. Dos miembros, sin embargo, esperan todo lo contrario: una subida. La última fue aprobada en la reunión de diciembre de 2018.

De todos modos, los analistas no esperan una reducción por debajo del 1,5%, lo que significa que el banco central considera que la desaceleración económica no es tan grave e inminente como parecía antes de verano. De este modo, la Fed también ofrece indicios de que espera que Trump, como ha prometido, llegue a un acuerdo comercial con China que ayude a estabilizar los mercados y evite más rondas de aranceles, que pueden afectar negativamente al consumo y la inflación. El mes que viene se reanudan las negociaciones comerciales entre Pekín y Washington.

Las previsiones se han mantenido estables en los pasados meses. Según los indicadores gubernamentales, la economía norteamericana crecerá a un promedio del 2,2%, un 0,1% superior a la predicción de junio. El paro se mantiene en el 3,7%, dentro de niveles estructurales que le permiten a la Casa Blanca hablar de pleno empleo. La inflación se mantiene de momento en el 1,5%, por debajo del objetivo del 2% marcado por la propia Reserva Federal.

En junio, dos miembros del consejo de la Reserva votaron en contra de la bajada de tipos. Ayer se les sumó un tercero. La falta de consenso provocó pesimismo en los mercados y el índice Dow Jones se dejó 166 puntos después del anuncio de Powell . Según dijo el propio presidente de la Fed en su rueda de prensa, «estos son tiempos de estimaciones muy difíciles y perspectivas divergentes». «Puede ser un marco de acción complejo, pero en todo caso creo que puede ser algo realmente saludable para la economía», añadió.