Así se pueden proteger los propietarios de los impagos del alquiler

Sin embargo, la pandemia ha puesto en peligro el pago de los alquileres ante la pérdida de capacidad económica de muchos arrendados por situación de ERTE o despido. De hecho, según Asociación de Propietarios de Viviendas en Alquiler (ASVAL), la morosidad se disparó del 5% al 15% durante los meses del confinamiento y esta subida de los impagos crece de forma progresiva.

En estas circunstancias, «es imprescindible contar desde el principio con un plan de acción para solucionar el problema del impago del alquiler de parte de los inquilinos y apoyarse en asesores jurídicos que sepan guiar al arrendador en este trámite», sostiene Lourdes Santisteban, socia fundadora de AvaLanding . Ante este escenario, los propietarios pueden actuar de las siguientes maneras:

Además de la posibilidad de los propietarios de conocer la situación financiera de los alquilados pidiendo documentación que demuestre su estabilidad económica, también se puede exigir un un aval personal, es decir, una persona que pueda responder económicamente en caso de que el inquilino no cumpla con los pagos : «En este caso, también habrá que valorar la solvencia del aval en cuestión a través de estudios de la documentación facilitada, como las nóminas y otras deudas que pueda tener esta persona», explica Santisteban. El aval personal generalmente es un familiar o alguien cercano al titular del contrato de alquiler.

También está la opción de pedir un aval bancario que, en caso de impago, será la misma entidad bancaria quien se hará cargo de la parte correspondiente. «En este caso, los bancos piden que el arrendatario ingrese un depósito de la cantidad avalada. Ese dinero funciona como un seguro para el propietario de la vivienda», detallan desde AvaLanding.

El seguro de protección de pagos es un método implementado por las entidades aseguradoras a través del cual, en caso de impago, la misma compañía se encarga abonar la renta al propietario de la vivienda por las cantidades y mensualidades aseguradas. Para llevarlo a cabo, antes de firmar el contrato de alquiler, el inquilino pasará por un estudio de solvencia gestionado por la propia aseguradora: «Este estudio filtra los candidatos, facilitándonos la elección del inquilino adecuado. Si es apto, podrá firmar el contrato de arrendamiento con la garantía del seguro de protección de pagos», afirma Venermo.