Las pruebas de estrés a la banca europea discriminan a España

La Autoridad Bancaria Europea (EBA, según sus siglas en inglés), el organismo encargado este año de auscultar el grado de resistencia del sector a un hipotético agravamiento de la situación económica actual, desde hace tres meses viene midiendo la fortaleza de las entidades a través del nivel de recursos propios que atesoren. En concreto, se opone a contabilizar como capital las provisiones anticíclicas que bancos y cajas españoles han ido acumulando en los años anteriores a la crisis y que les han obligado a reducir beneficios, porque éstas se hacen contra la cuenta de resultados. Al reducir los beneficios, esas reservas colocaron a las entidades españolas, en la etapa de prosperidad económica, en desventaja con sus homólogos europeos.

Fuentes del sector coinciden en que teniendo en cuenta esta discriminación, la EBA ha diseñado unas pruebas de esfuerzo a la medida de las entidades alemanas, francesas y británicas, discriminando a España. Para el supervisor europeo este colchón es una peculiaridad del sistema financiero español no comparable con la realidad de otros países y sus entidades. Cajas y bancos españoles han protestado y presionado para que esas provisiones genéricas se incluyan como parte del capital.

Según ha podido saber ABC, los nuevos test de estrés contemplan dos escenarios de tensión (ver cuadro adjunto), en dos momentos concretos, el actual y dentro de un año: el central y el adverso. En ellos se valora la capacidad de resistencia de las entidades ante un deterioro de las condiciones económicas. Las pruebas tienen en cuenta incrementos en las pérdidas de la cartera de crédito de las entidades financieras ante variaciones de las variables macroeconómicas, así como pérdidas de la cartera de renta variable y de renta fija.