El gobierno de Cameron aprieta a los ricos para sufragar una bajada de impuestos

Este tramo alto del gravamen fue una medida adoptada por el anterior primer ministro laborista, Gordon Brown, con carácter «excepcional», y era la bestia negra del poderoso sector bancario y financiero londinense. El gobierno no ha querido comprometerse, por ahora, a una mayor reducción hasta el 40%, tal y como le demandaban algunos.

Para contrarrestar la imagen de estar aliviando la presión fiscal sobre los más pudientes en tiempos de crisis, el gobierno elevará el mínimo exento a 9.000 libras (10.700 euros), acercándose al cumplimiento de un compromiso electoral con las clases menos favorecidas de dejar ese mínimo en 10.000 libras.

Además, estos presupuestos recogen una serie de medidas que, tomadas en su conjunto, equivalen –sin llamarse así– a una «tasa sobre las grandes fortunas» y se acercan, en todo caso, al «impuesto sobre las mansiones» que demandaban los socios liberales de la coalición. En lo que se considera una gran victoria para el viceprimer ministro de esta formación, Nick Clegg, Osborne ha introducido una subida considerable en el equivalente al impuesto sobre tansmisiones patrimoniales, que pasará del 5% máximo que recogía hasta ahora hasta un 7% para las viviendas de más de dos millones de libras .

Precisamente esta semana se conocía que el valor medio de una vivienda en el distrito de Kensington y Chelsea de Londres ha alcanzado, por primera vez, los dos millones de libras. Por ello, el «Financial Times» se refería hoy a esta medida como «un impuesto para asfixiar el boyante mercado de las propiedades de lujo en la capital». Según el diario financiero, las ventas de casas de más de 5 millones de libras en la capital británica han crecido un 98% en las once primeras semanas de 2012.

Fuentes del gobierno aseguraban hoy que el incremento de recaudación por la adquisición de viviendas de lujo compensará la previsible disminución de ingresos en los tramos superior e inferior del impuesto de la renta. Solo la elevación del mínimo exento a 9.000 libras –la medida más costosa de las anunciadas hoy– cuesta a las cuentas públicas unos 4.000 millones de libras.

El Ejecutivo se muestra, además, decidido a terminar con una medida habitual de evasión fiscal, según la cual las mansiones se inscriben a nombre de sociedades, y lo que se transmite en las compra-ventas son esas sociedades, y no las viviendas mismas . Esta artimaña permite sortear la obligación de pagar el impuesto por transmisiones patrimoniales, un agujero que cuesta al fisco unos 5.000 millones de libras cada año.

Entre las medidas que permitirán a los liberales anunciar el establecimiento de un nuevo «impuesto sobre las fortuna» figura la supresión de algunas deducciones abusadas por muchos contribuyentes con dinero, algunos de los cuales, según los datos que maneja el Ejecutivo, logran pagar impuestos a un tipo del 4 o 5%.

La eliminación del tipo máximo del 50% en el impuesto sobre la renta es rechazada por entre el 60 y el 70% de la población, según varios sondeos publicados estos días, por lo que el gobierno se ha lanzado a una intensa campaña de comunicación para convencer a los ciudadanos, y a sus propios votantes, de que el resultado global de los presupuestos anunciados hoy será una mayor contribución de quienes más tienen.