El petróleo, fantasma de la inflación

El alza del precio del petróleo —cada vez más cerca de los 100 dólares el barril de Brent— supone una piedra más en el camino de la recuperación económica mundial

El petróleo, fantasma de la inflación ÓSCAR T. PÉREZ

LAURA PERAITA

yahora... el petróleo. Por si no fuera ya de por sí complicada la situación de la economía global ahora llega la amenaza del alza del precio del crudo. El impulso experimentado por el precio del crudo desde mediados de 2010 sitúa al barril de Brent, ... de referencia en Europa y para dos tercios de las transaciones mundiales, por encima de los 95 dólares, niveles máximos en dos años. Una escalada que, inevitablemente, trae a la memoria el máximo histórico de julio de 2008, cuando alcanzó los 146 dólares. Pero, con una salvedad; ahora la economía mundial se encuentra inmersa en grandes apuros y el hecho de acercarnos de nuevo a sobrepasar la temida barrera de los 100 dólares por barril puede tener graves consecuencias para los países con las economías más dañadas, como es la llegada de una oleada inflacionista. Una piedra más en el camino de la recuperación.

No son pocas las voces de alarma. A finales del pasado año, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, advertía que «los incrementos en los precios del petróleo elevan el riesgo de que el crecimiento en 2011 sea más bajo». Según un análisis del BCE un incremento del 10% en el precio medio del crudo resta tres décimas al crecimiento del PIB en la eurozona en tres años.

La pasada semana fue la Agencia Internacional de la Energía (AIE) la que destacaba este asunto apuntando que unos precios por encima de los 90 dólares pondrían en peligro la recuperación económica mundial. Con este panorama, el economista jefe de la AIE, Fatih Birol, declaraba en una entrevista a Financial Times que los países de la OPEP necesitan «clientes con economías saludables. A nadie le interesan estos precios tan altos, ya que tarde o temprano harán enfermar las economías de los clientes, y eso hará que los productores reciban menos peticiones de importación».

Es más, la AIE ha hecho recientemente un llamamiento a la OPEP para que eleve la producción y demuestre que este organismo entiende que un precio muy alto del petróleo no es bueno para la economía global. Se trata de una medida aplaudida por muchos economistas. Sin embargo, no hay que pasar por alto que el crudo a 100 dólares proporciona a la OPEP unos abundantes ingresos y resulta difícil pensar que quiera renunciar a ellos.

El director de Estudios de Repsol, Antonio Merino, apunta que hay que recordar que el tipo de cambio es muy relevante y hace que los precios en dólares y en euros sean distintos. «Así, en los máximos históricos de 2008, el ajuste por el tipo de cambio se traducía en unos 92 euros, mientras que respecto a los niveles actuales de 95 dólares, la equivalencia es de 75 euros. Es decir, estamos 50 dólares por debajo de los máximos históricos, en dólares, y sólo a 20 euros de dichos récords . Conclusión, la percepción actual de precios muy cerca de los máximos históricos es más una realidad europea que de la zona dólar».

Pero, ¿porqué sube ahora el precio del petróleo? Según los analistas, el alza de las últimas semanas es una consecuencia de que las economías emergentes, que son ya las principales demandantes de petróleo están creciendo de manera significativa. De hecho casi todas las principales economías han iniciado ya medidas de restricción monetaria para evitar potenciales tensiones inflacionistas. «Las economias desarrolladas, donde la recuperación económica es más lenta y sobre todo aquellas más endeudadas, como es el caso de España, —apunta el economista Fernando Fernández— son las que están más expuestas a un aumento de la inflación».

Pero hay más razones. Según apunta Juan Carlos Martínez, profesor de Economía del IE Business School también se debe a que la recuperación de la economía mundial incrementa la demanda de crudo, a que el invierno está siendo bastante frío en el hemisferio norte, a que el dólar se está depreciando y, sobre todo, a que hay una gran afluencia de capitales en los mercados de materias primas porque esperan obtener rentabilidades que en estos momentos no parece que se puedan conseguir en otros mercados como son los de acciones, bonos, sector inmobiliario…

Lo que nadie deja pasar desapercibido es que hoy, y al margen de las continuas tensiones en los mercados de deuda pública de la periferia del área Euro, el encarecimiento del petróleo —y en general de las materias primas— constituye, junto con la proliferación de medidas intervencionistas en los mercados cambiarios por parte de algunas economías emergentes, un foco de riesgo a tener en cuenta para la recuperación mundial.

Existen dos motivos de riesgo fundamentales, señala Sara Baliña, de Análisis y Mercados de Analistas Financieros Internacionales —AFI—. «Por un lado, el avance de las demandas domésticas en las principales economías desarrolladas está siendo muy gradual, y un repunte intenso de las tasas de inflación puede dañar la capacidad de crecimiento del consumo de las familias. Además, la sensibilidad de las economías emergentes a la subida del precio de las materias primas es especialmente significativa, por lo que desviaciones relevantes de los registros de inflación respecto a los objetivos fijados en términos de política monetaria, podría propiciar una aceleración de las medidas de tensionamiento monetario que ya están empezando a implementarse».

Según Juan Carlos Martínez del IE, aunque la inflación todavía se mantiene en niveles bajos, no debemos olvidar que hace poco más de un año estaba en cifras negativas. Si las materias primas y, especialmente el petróleo, continúan encareciéndose, podríamos encontrarnos en una situación complicada: bajo o nulo crecimiento y precios creciendo.

En la misma línea se manifiesta Gonzalo Gómez Bengoechea, investigador del departamenteo de Economía del IESE, al apuntar que desde el punto de vista de la teoría económica, el incremento del precio del petróleo disminuye la oferta agregada de la economía, haciendo que con ella se incrementen los peligros inflacionarios y provocando la caída del PIB. «El riesgo de inflación es relativamente alto en el medio plazo —asegura—. Primero, por las fuertes inyecciones de liquidez que los Bancos Centrales han realizado en las principales economías mundiales. Y segundo, porque el incremento del precio del petróleo, en caso de continuar por la misma senda, también afectará negativamente a la inflación».

Efectos en España

¿Y como afectará a la delicada situación de la economía española? El alza de los precios del petróleo, junto con la subida del precio de la electricidad y los mayores impuestos (el caso del IVA o la imposición sobre el tabaco), se ha traducido en una revisión al alza de la inflación prevista para España a lo largo de 2011, quedando patente su impacto en el registro de diciembre del pasado ejercicio, con una subida de la inflación general de casi 6 décimas hasta el 2,9%. «No es descartable —matiza Baliña— que se mantenga en niveles del 2,5 ó 3% hasta mediados de año. A partir de entonces, debería empezar a moderarse hasta situarse por debajo del 2%, siempre y cuando no haya cambios impositivos adicionales y el precio del crudo no repunte por encima de los niveles actuales».

Al igual que cualquier otro país avanzado, España tiene una elevada dependencia del petróleo, lo que hace que nuestro Gobierno, según algunos analistas, no tenga mucho margen de actuación, sobre todo en el corto plazo. «Una opción —señala Gonzalo Gómez Bengoechea— podría ser compensar el alza reduciendo la tributación asociada a los productos derivados del petróleo, pero la delicada situación de las finanzas públicas lo desaconseja».

Juan Carlos Martínez, del IE Business School, añade que el alza del petróleo ya se está apreciando en nuestro país. Lo notamos al llenar los depósitos de nuestros vehículos, y en el incremento del IPC. «Un IPC mayor del previsto ha obligado al Gobierno a desembolsar más dinero por la actualización de las pensiones y encarecerá los costes salariales de las empresas sujetas a las cláusulas de revisión salarial. También, parte del encarecimiento de la factura de la luz, tiene su origen en la subida del petróleo. Y por último, al tener que pagar más por las importaciones de petróleo, el déficit de nuestra balanza comercial será mayor».

Sin embargo hay voces menos pesimistas respecto a la repercusión del petróleo. «El,petróleo no es el gran peligro —apunta Fernando Fernández—. El riesgo principal en el escenario de recuperación en las economías industrializadas y, sobre todo, las europeas sigue estando en la crisis de la deuda soberana y en la crisis del euro. Lo demás son hoy cuestiones menores».

Artículo solo para suscriptores

Accede sin límites al mejor periodismo

Tres meses 1 Al mes Sin permanencia Suscribirme ahora
Opción recomendada Un año al 50% Ahorra 60€ Descuento anual Suscribirme ahora

Ver comentarios