Novagalicia será vendida a otro banco

«Tanto Catalunya Banc como Novagalicia tienen que ser absorbidas por otra entidad y desaparecer, perdiendo su independencia», explican esas fuentes, que añaden que la subasta de la vieja caja gallega se hará justo a continuación —«en cuanto las circunstancias lo permitan», matizan— de la venta de la catalana, ya en marcha y que el organismo dirigido por Luis María Linde y el Gobierno prevén cerrar ya en el primer trimestre del próximo año.

Bruselas niega ese trato perferente a Novagalicia al entender que permitirle colocar la entidad entre inversores privados, y no en un proceso competitivo como el de la CAM, Unnim y Catalunya Banc, tras recibir 5.425 millones de euros en ayudas públicas distorsionaría la competencia del mercado.

En todo caso, y a pesar de obligar a estas entidades a perder su independencia, no se prohíbe que sus compradores mantengan como filiales sus marcas después de adquirirlas. Las subastas de estas dos entidades se harán, según esas fuentes, sin la concesión de esquemas de protección de activos (EPA) que protejan al comprador de las posibles pérdidas que le pueda ocasiones en el futuro, y como se ha hecho en los procesos anteriores.

El siguiente paso a dar por las autoridades españolas en el proceso de saneamiento del mapa bancario español es hacer una valoración de las entidades nacionalizadas: Bankia, Catalunya Banc y Novagalicia Banco. Ese análisis, para el cual el Ministerio de Economía y el supervisor han contratado a un auditor independiente y tres consultoras que determinen el valor final de cada banco, ya está muy avanzado, según esas fuentes, y podría cerrarse en diez días.

Cuando se tenga ese valor, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) procederá a inyectarles el dinero procedentes del plan de ayuda de Bruselas a la banca española. Mediante esta operación se determinará la pérdida que tendrán que afrontar los accionistas de cada entidad. Al mismo tiempo, y hacia mediados del próximo mes, las entidades procederán a canjear sus participaciones preferentes y deuda subordinada con el correspondiente descuento.

La quita, que deberá fijar cada entidad según los criterios impuestos por la Unión Europea, obligará a los inversores de esas entidades a soportar una pérdida de unos 10.000 millones de euros. Los de Bankia cargarán con unos 6.500 millones , tal y como avanzó ayer su presidente, José Ignacio Goirigolzarri; los de Novagalicia unos 2.000 , y algo menos de 2.000 millones los de la entidad catalana .

El porcentaje de descuento se fijará teniendo en cuanta variables como el plazo de vencimiento de los títulos y la rentabilidad que garantizaban, entre otros criterios. Así, por ejemplo, cuanto menor sea ese rendimiento, más elevada será la quita, que en el caso de las preferentes oscilará entre un 30% y un 70%. El producto que sufrirá un menor descuento sobre su valor nominal —inversión inicial— será la deuda subordinada con vencimiento.

En todo caso, y aunque las autoridades españolas lo consideraban sustancial, Bruselas ha considerado indiferente realizar una distinción entre inversores minoristas o particulares e inversores institucionales, de forma que la quita será igual para todos. Por entidades, serán los titulares de productos de Banco de Valencia los que asuman una quita más fuerte, ya que, según fuentes del supervisor, ese proceso ha sido más costoso para el Estado.